Como María...
Hoy nos unimos a toda la Iglesia en la solemnidad de Santa María, madre de Dios. Justo ocho días después de la celebración del nacimiento del Nuestro Señor Jesucristo. A los ocho días del nacimiento, todo varón israelita debía ser circuncidado. La razón es porque Dios lo pidió a Abrahán: sería la una señal de la alianza que hacía con él y sus descendientes (Gn 17, 9-14). Era el modo en que pasaban a formar parte del Pueblo de Dios. Y ese es el relato que escuchamos en el Evangelio de Dios. Ese gesto tiene un contenido esencialmente religioso. Escuchamos también un gesto especial de la Virgen María al que debemos prestar atención. Dice el pasaje del Evangelio: “ María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón ” (Lc 2, 19). Ella, al igual que San José, estaban presenciando una serie de eventos fuera de lo normal y que habrían causado fuertes emociones a cualquier persona. Muchas de esas experiencias no se la habrían imaginado jamás. María pudo verse abrumada por t