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Mostrando las entradas etiquetadas como sacerdocio

Acérquense a Jesucristo

En la segunda lectura, tomada de la primera carta del Apóstol San Pedro, hace un llamado, perenne por demás, a acercarnos a Jesucristo. Él es el objeto de mayor valor al que podemos aspirar puesto que es “ rechazada por los hombres, pero escogida y preciosa a los ojos de Dios ” (1Pe 2, 4). Ciertamente, hay algo que no podemos negar: Jesucristo no es del aprecio de la mayoría de los hombres porque un encuentro con Él hace que cambiemos. Y los hombres no son muy proclives al cambio. La primera consecuencia del encuentro con Jesús es la vida . Ya escuchamos en el Evangelio de la Santa Misa de hoy que Jesús es el camino, la verdad y la vida (Jn 14, 5). Él es la vida. Solo que no en el sentido que podamos entenderlo el día de hoy (algo como signos vitales o como capacidad de rumbear, o algo así). Esa no es la vida que nos ofrece Cristo Jesús: nos ofrece la vida eterna, nos ofrece una nueva manera de vivir, nos ofrece una nueva manera de ver el mundo, nos ofrece la felicidad verdadera c...

Reflexiones sobre el sacerdocio 2

La condición humana es un requisito fundamental en el sacerdocio. Es un hecho innegable: “ Todo sumo sacerdote es un hombre escogido entre los hombres y está constituido para intervenir en favor de ellos ante Dios, para ofrecer dones y sacrificios por los pecados ” Es un absurdo la excusa de algunos de decir que no se debe aceptar a los sacerdotes porque son hombres como nosotros. ¡Al contrario! Es precisamente la condición necesaria porque su misión es representar a los hombres y servir a los hombres en las cosas que tienen que ver con Dios. En otras palabras, servir en el culto, en la liturgia. Es precisamente su condición humana la que le permite comprender las alegrías y las tristezas, las preocupaciones y las esperanzas, las virtudes y las debilidades de los hombres: “ puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades ” ¿Por qué confesar los pecados a un hombre? Porque puede comprendernos y porque puede darnos el perdón de Dios. ...

Reflexiones sobre el sacerdocio I

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En estos próximos domingos, la segunda lectura de la Santa Misa nos ofrecerá algunas notas sobre el sacerdocio, tomado de la carta a los Hebreos. En el Antiguo Testamento, Dios instauró en el Pueblo de Israel el sacerdocio ministerial: Había un Sumo Sacerdote, que sería un descendiente de Aarón, una familia sacerdotal y una tribu sacerdotal (la de Leví, de allí el nombre de levitas). El Sumo Sacerdote era el responsable de todo el culto y quien, ante Dios, representaba a todo el pueblo de Israel. El autor de la Carta a los Hebreos da por sentado que el sacerdocio israelita ya no tiene sentido: el Hijo de Dios se hizo hombre y ha sido constituido el Sumo y Eterno Sacerdote. Él nos representa delante de Dios Padre: “ Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo Dios ” (Heb 4, 14). La confianza en Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, debe ser total porque es uno de nosotros. Ha vivido en esta tierra como uno de nosot...

El Pastor y los pastores

En el Antiguo Testamento la figura del pastor tenía un significado amplio. Pastores de Israel eran todos los que tenían la responsabilidad de cuidar del Pueblo: el rey, los sacerdotes, los levitas, los ancianos y los diferentes consejos que a lo largo de la historia de Israel y Judá se conformaron para la atención de los israelitas. Después del exilio, eran considerados “pastores” de Israel quienes le enseñaban: los rabinos (maestros). En la historia bíblica hubo altibajos. En algunas ocasiones los reyes y sacerdotes se portaron con celo ejemplar. En otras ocasiones, los reyes y sacerdotes olvidaron su misión y desviaron su corazón a intereses non sanctos. Y no solo se portaron mal, sino que llevaron al pueblo a alejarse de Dios. Los profetas anunciaron en múltiples ocasiones que los pastores se habían olvidado de la grey. Criticaban que en vez de apacentar a las “ovejas” se apacentaban “a sí mismos”, es decir, que buscaban su propio beneficio. En ese contexto, los profetas an...

La triple comunión y los sacerdotes

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Los Papas y los Obispos nos han enseñado en los últimos años que la Iglesia es también un misterio de comunión. Recientemente nos lo ha recordado el Papa Benedicto XVI en la Conferencia de Aparecida (Brasil) y los Obispos de Venezuela (Concilio Plenario de Venezuela, 2007).