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Mostrando las entradas etiquetadas como Fortaleza

Vamos a resucitar

  Nosotros, los cristianos católicos, en nuestra profesión de fe, creemos firmemente como verdadero que al final de los tiempos todos hemos de resucitar. Lo recitamos en el credo cuando decimos: "creo en la resurrección de los muertos". Prácticamente, en la totalidad de las religiones existe la convicción de que hay una vida después de esta vida. Ahora, nos diferenciamos de esas religiones porque creemos, además, en el juicio final y en la resurrección para la vida futura. Básicamente, seremos quienes somos ahora, pero sin las limitaciones propias de lo material: no nos vamos a enfermar, ni tendremos hambre ni sed; tampoco nos vamos a cansar y tendremos el mayor motivo para estar felices que no es otra cosa que estar con Cristo Jesús. Ahora bien, nuestro Señor Jesucristo nos ha enseñado también que este mundo, tal cual lo conocemos, va a tener un fin. Y el final de este mundo va a coincidir con su segunda venida. El Señor se sirve del modo de hablar de su época para hac...

La fortaleza que da la confianza

 Si hay una experiencia que se ha globalizado en los últimos años es la experiencia de la adversidad. Desde el año 2020 la humanidad ha ido experimentando una serie de variables que han hecho que el grueso de los seres humanos se haya visto en una situación que no podía prever. La pandemia y las consecuencias económicas que trajo, hizo que muchísimas personas quedaran sin su medio de sustento. Y a eso podríamos ir sumando otras causas, la última de ellas son las guerras. Hay países que, por diversos motivos entre ellos el político, están pasando una situación de necesidad permanente que ha generado unas grandes olas de emigración. Las personas que emigran sienten muy de cerca el peso de la soledad y la angustia de la incertidumbre. El hecho es que un grandísimo porcentaje ha tenido que experimentar la penuria, la carestía, la incertidumbre y la adversidad. Todas esas experiencias pueden causar que el alma pierda la paz y que los fieles hijos de Dios se desanimen. Muy por el contrar...