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Mostrando las entradas etiquetadas como Navidad

La esperanza a la que nos llama

 En la segunda lectura de la Santa Misa de hoy escuchamos un pasaje de la carta a los Efesios (1, 3 – 6. 15 – 18) en el que escuchamos una oración de alabanza de San Pablo y una oración de bendición: “ el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo, e ilumine los ojos de sus corazones para que comprendan cuál es la esperanza a la que nos llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos ”. Hace menos de dos semanas celebramos con alegría cristiana el Nacimiento del Señor Jesús. Jesús hace el anuncio del Reinado de Dios: si reconoces a Jesús como Dios y hombre verdadero, aceptas la salvación que te ofrece, tu vida adquirirá un significado nuevo, alcanzarás la vida eterna y tendrás la certeza de que el mal (el pecado y la muerte) no tienen ni tendrán la última palabra. En la oración de bendición de San Pablo, pide que el Señor ilumine nuestros corazones para que comprendamos la esperanza a la que nos...

Todo señala al Señor que viene

 Este domingo iniciamos un nuevo ciclo litúrgico. Este domingo iniciamos el camino del adviento. Y sobre este particular las lecturas de la misa de hoy nos invitan a centrar la mirada en Cristo Jesús que viene.  En la primera lectura del profeta Jeremías (33, 14-16), este anuncia el cumplimiento de la promesa que Dios hizo a los antepasados: un descendiente de la casa de David se hará presente para indicar el camino de la justicia y la santidad. Esa promesa es Cristo Jesús.  San Pablo, en la segunda lectura (1Tes 3, 12-4. 2), nos da un consejo válido para siempre: sabemos cómo comportarnos ante los ojos de Dios, entonces no lo olvidemos y pongámoslo en práctica siempre.  En el evangelio (Lc 21, 25-28. 34-36), el Señor nos invita a no distraernos. Si todas las señales apuntan a su venida, hemos de saber poner orden en nuestra vida: " Estén alerta, para que los vicios, con el libertinaje, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente ". Estamo...

La Navidad, su verdadero significado...

En muchísimos programas de televisión que tratan el tema de la Navidad solemos encontrar alguna coletilla mediante el cual el guionista o el director del programa quiere transmitir lo que entiende como “el verdadero significado de la Navidad”. En algunas ocasiones el mensaje se centra en el compartir. En otras ocasiones el mensaje está en ayudar a la persona necesitada. En la inmensa mayoría el sentido o el significado de la Navidad descansa en el hecho de poder sentarse toda la familia a celebrar compartiendo una comida o cantando canciones. No cabe duda que todos esos significados son muy bonitos, pero ninguno de ellos es el verdadero significado de la Navidad. Ha habido un plan sistemático para vaciar de sentido original a la Navidad. Se han inventado historias y personajes, se han construido costumbres inicialmente con buena intención pero que después se han ido transformando en otras cosas que no tienen ningún tipo de contenido religioso. La política en muchos países ha ido en...

Evitar a toda costa la hipocresía religiosa

 Las lecturas de la Misa de hoy como siempre tienen una riqueza particular. Sea la primera lectura que el Evangelio hablan de la profecía sobre el Mesías y su cumplimiento. Sin embargo, ambas lecturas suponen también una invitación a evitar la hipocresía religiosa que es también un peligro que podemos correr en este tiempo de Navidad. Ajaz, rey de Judá, fue un rey muy malo. Dice la Biblia que “sus hechos no fueron rectos a los ojos del Señor, su Dios” (2Re 16, 2). Al ver su reino en peligro, no dudó el profanar el Templo de Jerusalén saqueando todos los utensilios de oro y plata para ofrecerlo como un presente al rey de Asiria para que lo ayudara en la guerra (2Re 16, 7 – 8). Ese es el rey a quien se dirige el profeta en la primera lectura (Is 7, 10-14). A pesar de ser un rey malo e idólatra, Dios le ofrece la oportunidad de volver a Él y confiar en su providencia. El profeta le dice que pida una señal, y el rey –todo un caradura– le dice que no quiere tentar al Señor. Y de ahí el ...

Los valores de la familia edifican la sociedad

 Este domingo, el primero después de Navidad, la Iglesia celebra la Fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret. No es difícil suponer la razón: nacido el Niño Jesús, la familia crece. Ahora es José, María y Jesús. En las lecturas de la Santa Misa de hoy, escuchamos algunos consejos de la Sagrada Escritura no solo para la crianza de los hijos, sino para fortalecer los vínculos naturales de la familia. El amor, reconocimiento y respeto de los esposos (Col 3,12-21), el respeto religioso de los hijos a los mayores: padres y abuelos (Ecl 3,2-6.12-14), y la atención y educación de los padres hacia los hijos (Lc 2,41-52). En la Sagrada Familia encontramos un ejemplo de como ponerlo en práctica, que como podemos ver en el Evangelio, no está exento de errores. La razón es muy sencilla: la realidad es muy rica y variada y es imposible prever todas las situaciones. En la práctica, siempre habrá errores, que pueden enmendarse con las herramientas mas sencilla: diálogo, perdón, corrección. Una cos...

Los Magos y su compromiso con la Verdad

La Iglesia celebra este domingo la decisión libre del Señor de darse a conocer –manifestarse– a todos los pueblos. Y eso significa epifanía : manifestación. Son muchas las reflexiones que podríamos hacer hoy, partiendo de las lecturas de la Misa. Hoy te dejaré dos, tomadas de evangelio de hoy (Mt 2, 1-12) : Los Magos no eran judíos ni creyentes en el Dios verdadero. Sin embargo, tenían el mérito de buscar con sinceridad la verdad sea cual fuere . Y se encontraron con la verdad: Cristo Jesús. En la ciencia que Dios les concedió conocer, llegaron a la convicción cierta de que el Niño que había nacido era Dios, hombre y rey verdaderos. Y comprometieron su vida: salieron de sus hogares a buscarlo y llevarle unos obsequios de reconocimiento. De ellos debemos aprender el compromiso con la verdad –Cristo Jesús– empeñando en ello nuestra propia vida. Herodes conoció la verdad (sus sabios se lo dijeron) pero no se comprometió con ella ; prefirió el mal antes que a Cristo Jesús. Muchos podrían s...

Et verbum caro factum est (Jn 1, 14)

Las lecturas de este domingo nos invitan a considerar el misterio de la Encarnación de nuestro Señor Jesucristo. De hecho, la afirmación que da sentido a todas las lecturas de hoy es esta: el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros (Jn 1, 14) Si nos pusiésemos a buscar razones que pudieran explicarla decisión de Dios de renunciar a la gloria divina para hacerse hombre, fundamentalmente encontraríamos dos: la primera, Dios se volvió loco. La segunda, Dios ama a los hombres hasta el extremo. Ambas razones son plausibles. La locura de Dios no hay que entenderla como una especie de enfermedad mental, sino más bien como una decisión que no podemos explicar dentro de la lógica de los hombres. De hecho, no resulta normal y comprensible que una persona con bienes de fortuna y comodidad, en un momento dado, se aparte de todo eso para vivir una vida excesivamente sobria e incómoda. Por eso, no resulta ofensivo referirse a la decisión de Dios como “locura”. De igual manera, podemos dec...

Una misión difícil e ineludible

  Hoy nos unimos a toda la Iglesia en la Fiesta de la Sagrada Familia de Nazareth. Hoy hay una invitación más que clara a mirar a Jesús, María y José como un ejemplo para todas las familias del mundo. Hoy quisiera proponerte una virtud cada vez más ausente y cada vez más necesaria en toda familia y, por lo tanto, también en cada católico: el temor del Señor. Sabemos bien que el temor del Señor (también llamado temor de Dios) no se trata de tener miedo a lo que Dios pueda hacernos (eso que llaman castigo divino). La mejor imagen para comprender lo que es el temor de Dios es el cuidado que tiene una madre o padre con un bebé recién nacido: no le tiene miedo al bebé, tiene miedo de que pueda sufrir cualquier evento que le cause un daño o mal. Una actitud similar debe tener el cristiano con Dios: ha de poner sumo cuidado, no en hacer daño alguno al Señor, lo que es imposible, sino de procurar orientar la vida en el respeto de su nombre y hacer del Señor un objetivo privilegiado c...

Solemnidad del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo

 Los seres humanos, cada año que pasa, nos volvemos más superficiales. Damos valor casi de verdad incontrovertible a un mensaje recibido en whatsapp mientras que muchos de los problemas reales de la vida no son abordados porque requieren un esfuerzo por reflexionar y profundizar. Algo similar ocurre con la Navidad. Nos hemos quedado con el cascarón y desechado el relleno. Nos hemos quedado con la alegría externa, pero sin la razón de ella. Nos hemos olvidado de un hecho que es extremadamente difícil comprender. ¿Por qué Dios, Creador y Todopoderoso habría decidido nacer y hacerse hombre? ¿Acaso eso no es de locos? La experiencia nos dice que los seres humanos cuando están enamorados son capaces de hacer cosas que, si no lo estuvieran, no lo harían jamás. Y es porque el amor les lleva a demostrar más, les empuja a querer demostrar con la vida que son capaces de todo por la persona amada. Y lo mismo ha hecho Jesús. Nos ama. Nos ama con desesperación. ¡Dios se volvió loco! Anunció des...

¡No te distraigas!

Estamos hoy al inicio del Adviento, tiempo para prepararnos a la celebración del Nacimiento de Cristo Jesús, Dios y hombre verdadero. Justo hoy, las lecturas de la Santa Misa nos invitan a no distraernos. Hoy estamos bombardeados de estímulos múltiples, casi todos nacidos de intereses egoístas y materialistas: compra porque llega el Black Friday, llega la Navidad compra tal cosa o cual otra…, pero no hace falta que vayas al local, pídelo en línea…, compra tal y cual cosa para la cena de Navidad porque comer es lo más importante…, compra 100 décimos de la lotería porque es el mejor regalo que puedes hacer…, haz ahora tus compras para los regalos de reyes… Todas esas cosas nos distraen y hacen que no nos centremos en lo verdaderamente importante: Jesucristo y su mensaje. En la primera lectura (Is 63, 16-17. 19; 64, 2-7), el profeta se lamenta por el pueblo porque, a pesar de las múltiples manifestaciones del Señor en medio del pueblo, éste no reconocía al Señor. Aún así, Dios se muestra ...

Familia impregnada con valores cristianos

            Hoy nos unimos a toda la Iglesia para celebrar la fiesta de la Sagrada Familia: José, María y Jesús. Como se ha dicho desde siempre, es el modelo de la familia cristiana. -             Ciertamente conocemos poco del día a día de la Sagrada Familia. Sin embargo, hay trazos en las páginas del Evangelio que hablan del talante de José y María. Esas actitudes son inspiración para las familias de todos los tiempos, tal como lo dijo el Papa Pablo VI en Nazaret. -             En las páginas del Evangelio leemos la dedicación y el cuidado de José por su familia, su amor por María su esposa, su profesionalidad como artesano, al mismo tiempo que su preocupación por Jesús. De María sabemos muchísimo. Ambos, José y María eran muy religiosos, tanto que iban a Jerusalén por las principales fiestas, para estar en el Templo. -             Co...

El centro de nuestra fe: Jesús es salvador

Las lecturas de nuestra Santa Misa este domingo poseen una profundidad particular. Todas apuntan a Jesucristo y en especial, a su condición de salvador. - En la primera lectura (Is 7,10-14), ante la desfachatez de Acaz que había expropiado el oro del Templo para darlo como ofrenda al enemigo, el profeta invita al rey incrédulo a que pida una señal para que ponga su confianza en Yahweh. Hipócritamente, le dice al profeta que no quiere tentar al Señor. El profeta anuncia entonces una imagen en la que una virgen daría a luz a un niño que sería Dios con nosotros (Enmanuel). - Evidentemente, para los israelitas era difícil de entender porque, para ellos, todos los nombres tienen un significado normalmente religioso. Probablemente pensaban que respondían a un de los tantos nombres de otros personajes de Israel. Sin embargo, es claro que el profeta hablaba de un hecho extraordinario, y aunque el mismo profeta no lo supiera, estaba anunciando que Dios está con nosotros en el niño que ha...

Mirar a María

Este domingo, el Cuarto de Adviento, es una invitación para dirigir nuestra reflexión sobre la fase final de la historia de la salvación. Toda la historia del Pueblo de Israel está marcada por la promesa del Mesías: desde el relato del pecado original (Gn 3, 15), pasando por la bendición de Jacob a su hijo Judá (Gn 49, 8 - 12), la profecía de Moisés de que aparecería uno como él (Dt 18, 18), la profecía de Natán a David según la cual un hijo de David se sentaría en el trono por siempre (2Sam 7, 13 - 14), las señales precisas de Isaías (Is 7, 14) y Miqueas (Miq 5, 1 - 3): nacería de una virgen y en Belén... todo eso estaba llegando a su cumplimiento en María. La tensión espiritual de María debió ser intensa: en Ella se estaba realizando la plenitud de los tiempos. Llevaba consigo al Autor de la Vida, Cristo Nuestro Dios. No en balde María es llamada el primer Sagrario. La Iglesia teje una gran alabanza de María: Ella concibió a Jesús primero en su corazón antes que e...

¿Y mañana?

Lamentablemente se ha ido extendiendo una mentalidad en medio del pueblo cristiano católico la mentalidad de que el único objetivo de esta vida es el desenfreno. No es raro escuchar: “A gozar, que este mundo se va a acabar”. Detrás de esa afirmación, y otras muy similares, se esconde una gran ignorancia de la propia fe. “A gozar” es sinónimo de “a pecar”. Disfrutar, sentir alegría por lo que hacemos no es pecado, lo que ofende a Dios es que se haga el centro de la vida el desenfreno, llegando al olvido de Dios y de sus promesas. Las lecturas de la Misa de hoy, primer domingo de adviento, son una invitación a que reconsideremos esa manera de ver la vida. Estamos llamados a una vida eternamente feliz, que ganamos o perdemos en esta vida. Dependerá sólo de nosotros. La consumación definitiva de esa promesa de Dios tendrá su cumplimiento definitivo con la segunda venida de Jesús. Nuestro Señor, en el Evangelio, nos dice que vendrá por segunda vez y se instaurará su Reino. ...

SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

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La Iglesia inaugura el año civil con una celebración muy especial: Santa María, Madre de Dios. Muchas personas no se imaginan el porqué de esta celebración. Más bien pensarían o se interrogarían porqué no comenzar con una alusión al inicio del año civil. Ya en el I Domingo de adviento, la Iglesia da inicio al año litúrgico y en Navidad rememora el gran acontecimiento que transformó la historia de la humanidad: el nacimiento del Dios que se hizo hombre para salvarnos. Meses más tarde, celebrará la Pascua, con la cual se conmemora el evento salvífico del Señor Jesús. Entonces, ¿por qué el 1 de enero de cada año la Iglesia realiza la fiesta de María, la Madre de Dios?

Feliz Navidad

Éste era el saludo normal en esta época. Un saludo cargado de mucho sentido cristiano. Y digo “era” porque poco a poco se ha ido vaciando de sentido para transformarse en un vocablo carente de significado. Un cumpleaños donde nadie regala algo al cumpleañero. Piensan en la fiesta pero no saben por qué hacen la fiesta. Y van más allá de la fiesta: embriagarse, comer, gastar dinero en impresionar a gente que no nos interesa solo por el hecho de decir que se “está estrenando”. Como Marta, la mayoría de la gente se desvive por los detalles: no quieren que los demás hablen de ellos, además sin saber siquiera por qué lo hacen. Como Marta se olvidan de escuchar al Señor que, con mucho, es lo más importante. Un buen número de personas quieren escuchar música a todo volumen (sin importar si a alguien le fastidia o no, les da igual) solo para no escuchar la voz de su propia conciencia que le reclama que se ha peleado por una tontería con Fulano, porque ha ofendido a Mengano y no ...