Evitar la presunción a toda costa.
El pasaje del Evangelio de este domingo (Lc 13, 22– 30) es una invitación para que nosotros alejemos de nuestra vida un pecado muy feo que se llama la presunción. En el Evangelio escuchamos la parábola del Señor Jesús que desconoce algunas personas que pretenden entrar al banquete una vez que la puerta se ha cerrado. Esas personas le dicen que lo conocen y que han estado cerca de Él pero la respuesta del Maestro es tajante: " Les aseguro que no sé quienes son ustedes " (Lc 13, 24 - 27). La presunción es un pecado que consiste en tener la certeza de que por lo que se hace ya se ha alcanzado la salvación. En otras palabras, un fiel está seguro de qué no irá al infierno sino que irá derecho al cielo porque cree ciegamente que se ha portado bien en todo y no le hace falta la ayuda de Dios para la salvación. La gravedad de este pecado es de tal naturaleza que el hombre, llevado por su orgullo y su soberbia, no reconoce jamás cuando se ha equivocado, cuando actuado mal y cuando h...