Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como corazón

El debate se da en el corazón

  Nuestro Señor Jesucristo en el Evangelio según San Lucas (6, 45) nos dice que del corazón del hombre salen las cosas buenas y las cosas malas. Y como siempre, el Maestro tiene razón porque es en el corazón donde se da el debate. Escuchamos en la primera lectura (Jer 31, 31-34) cómo ha sido voluntad de Nuestro Señor dejar inscrito en el corazón los principios para guiarnos correctamente: “ Voy a poner mi ley en lo más profundo de su mente y voy a grabarla en sus corazones ”. Todos los hombres tenemos grabado en el alma los principios por los que podemos juzgar que algo es bueno o es malo. Pero una cosa que no podemos negar es que el corazón puede verse ofuscado y no juzgar con claridad. No es un secreto para nadie que el corazón del hombre puede llenarse de cosas malas, de malos criterios o de malos deseos. Por eso un ejercicio constante de todo buen creyente es pedir al Señor la gracia de purificar nuestro corazón, como escuchamos y repetimos en el salmo responsorial (Sal 50)...

¿Qué es el 'corazón' en la Biblia?

Sin duda alguna, la primera cosa que nos vendría en mente sería el conjunto de músculos, ventrículos y alvéolos que bombea sangre por nuestro cuerpo. En la Biblia tiene un significado muy preciso que coincide con lo que queremos expresar cuando decimos: “ es alguien de buen corazón ” o “ de mal corazón ”. El “ corazón ” es el centro de la intimidad, de los valores, de los intereses y de los sentimientos. Es algo tan íntimo que hasta Dios lo tiene (Gén 6,6). Nuestro Señor nos enseñó que es del corazón donde provienen las acciones del hombre, por eso no peca el hombre por algo que le llega al corazón sino por lo que sale de él (Mt. 15, 18) De hecho, “ del corazón proceden los malos deseos, asesinatos, adulterios, inmoralidad sexual, robos, mentiras, chismes ” (Mt. 15, 19). Dios no solo se detiene en la apariencia, sino que ve el corazón del hombre. Es así como le llama la atención a Samuel que se maravilló ante la presencia del hijo mayor de Jesé, diciéndole: “ Olvídate de su apariencia ...

El temor a cambiar

Yo les aseguro que si el grano de trigo, sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto (Jn 12, 24). El Señor usa una imagen particular: un grano de trigo. El grano de trigo es la base de la alimentación de una buena parte del mundo. Es la base de la harina con la que se hace el pan, las pastas y muchas otras cosas. Sin embargo, si todos los granos del mundo se usaran para harina, sucede que después no habría más trigo. Si se quiere el trigo se multiplique es necesario que muera: se hunde bajo tierra, allí la humedad comenzará a alterar la estructura del grano que hará que se convierta en un tallo que portará una espiga con un buen número de granos. La inmensa mayoría de los seres humanos se conforma con quedarse como está: no cambia. Prefieren vivir en la comodidad aparente de una vida sin exigencias, vegetando, sin “meterse en problemas”, esperando a que otros le hagan las cosas fáciles. Se rigen por la ley del minúsculo esfuerzo. Son un pésim...

El problema es la avaricia

El consejo del Señor es claro: eviten toda clase de avaricia (Lc 12, 15). Y para comprender bien en qué consiste la avaricia es necesario precisar algunos conceptos. Los bienes materiales no son malos. Todos ellos son fruto de la voluntad creadora de Dios. Y fueron dados al hombre para que los trabajara (Gen. 2, 15). Los bienes materiales son para multiplicarlos y producirlos, siempre en beneficio de la colectividad humana. Quien trabaja o procura que se trabaje le es absolutamente lícito obtener una ganancia, siempre y cuando no vaya en perjuicio del bien de otro. La condición de cada quien debería ser tal que no le brindara preocupaciones por su bienestar actual y futuro. Quien carece de ellos, vive en una angustia permanente. Por eso, ser pobre de bienes no es bueno. El cristiano debe vivir bien, y debe orientar su vida para vivir bien. Ahora bien, no importa cuál sea nuestra condición actual. El cristiano no debe perder de vista que está llamado a buscar los bienes más ...

La primacía del corazón

            En la Sagrada Escritura, el término “corazón” tiene un significado especial: la fuente de los afectos, sentimientos, valores, intereses, motivaciones. En nuestro lenguaje usual, también usamos el termino “corazón” en ese mismo sentido cuando queremos a una persona que tiene buenas intenciones o malas intenciones. Así nos referimos a ellas como personas de buen corazón o de mal corazón.             Hoy las lecturas de la Santa Misa nos invitan a considerar (muy oportunamente considerando la cercanía de la Cuaresma) la primacía del corazón en el trato con Dios y con los demás. No son las palabras lo que define a un sujeto, es lo que hace realmente. Y hay una correlación entre lo que hace y lo que tiene en el corazón.             Una persona que tiene malas intenciones y sentimientos no puede actuar bien: y ...

La libertad del corazón

Una de las cosas que el mundo de hoy no logra entender es el hecho de que agobiarse por tantas cosas hace que el corazón viva atado. Una persona así no resulta que sea libre para amar. Ni a Dios ni a los hombres. En muchísimas ocasiones habremos escuchado (quizás, hayan vivido) que personas llegan a tener el corazón lleno de ira, de rencor, de tristeza que pierden la cordura. Maltratan a sus familias, pierden fuerzas y salud en sus afanes. Al final, con el paso del tiempo, esas personas se dan cuenta que perdieron muchas experiencias porque estaban enceguecidos. Las lecturas de la Santa Misa de este domingo nos invitan a considerar este aspecto de nuestra vida cristiana. Los discípulos de Cristo Jesús hemos de ser conscientes del esfuerzo que tenemos que hacer para tener un corazón libre. Un corazón lleno de resentimientos y de preocupaciones no es libre para amar a Dios y a los demás. En la primera lectura (1 Sam 26, 2-23) David, que se encontraba huyendo del Rey Saúl, orde...

DISTRAERSE ES FÁCIL

En el Evangelio de nuestra Misa de este domingo, el Señor hace una llamada de atención válida para todos los hombres de todos los tiempos. Es normal que, a lo largo de la vida, vayamos introduciendo en nuestra vida prácticas que nos ayuden a funcionar mejor. Introducimos rutinas, planificamos, interpretamos y reinterpretamos los hechos y los objetivos. A veces, podemos distraernos y podríamos pensar que lo importante es la rutina y no por qué se hace, pensar que lo importante es la planificación y no el objetivo. En las cosas que tienen que ver con el Señor Jesús es muy fácil distraerse y pensar que lo material es lo más importante y no lo espiritual. Puede resultar que para una Cofradía es más importante los factores económicos y burocráticos, y no el aspecto espiritual de la actividad que hacen. Algo similar ocurre con los fariseos y escribas: Las antiguas prescripciones en cuestión comprendían no sólo los preceptos de Dios revelados a Moisés, sino también una serie de dictám...

No solo corazón, sino también la razón

Imagen
Desde hace muchos años se ha venido predicando y aceptando, casi como una verdad indiscutible, que las decisiones y el destino de nuestra vida es decidida por las emociones. No solo es un gran error, sino que además puede generar consecuencias negativas para la vida.

La profundidad de la parábola del Samaritano

Imagen
La parábola que nos presenta el Evangelio de la Misa de hoy posee una profundidad especial, que dice mucho más que ayudar al que está en necesidad. Para alcanzarlo, hemos de considerar algunos elementos que se encuentran en la Sagrada Escritura.

¿QUÉ ES EL CORAZÓN?

Imagen
                Sin duda alguna, la primera cosa que nos vendría en mente sería el conjunto de músculos, ventrículos y alvéolos que bombea sangre por nuestro cuerpo. En la Biblia tiene un significado muy preciso que coincide con lo que queremos expresar cuando decimos: “es alguien de buen corazón” o “de mal corazón”.