Hay lugar para todos
Hace poco en la Jornada Mundial de la Juventud, en Lisboa, el Papa dijo e hizo repetir a los jóvenes allí reunidos que en la Iglesia hay lugar para todos. Eso siempre ha sido verdad y nadie puede decir lo contrario. Desde los inicios de la vida de la Iglesia se hizo manifiesta la certeza de que el llamado de Dios a la salvación estaba dirigido a todos. Ya no se hacía distinción entre los que habían sido circuncidados y los que proveían de otras naciones. En el primer Concilio de la Iglesia, los Apóstoles declararon que Dios no hizo ninguna diferencia entre judíos y no judíos, puesto que el corazón se purifica por la fe y la salvación de Jesucristo es también para ellos (Hech 15, 7 – 11). Es importante reconocer que desde hace bastante tiempo se ha introducido en realidad de la Iglesia y en la mentalidad de los creyentes un concepto equivocado de la misión de la Iglesia en el mundo. No es difícil reconocer que muchísimas personas creen que para asistir a una actividad religiosa hay...