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Mostrando las entradas etiquetadas como encuentro con Cristo

Sanación interior

Las lecturas de nuestra Santa Misa sin duda invitan a considerar a la presencia real de Nuestro Señor Jesucristo en la Eucaristía como alimento que nos fortalece. No obstante, ello no resulta una receta mágica. No es un secreto para nadie que cuando nos acercamos a Nuestro Señor Jesucristo, ese encuentro nos aprovechará según la disposición con que nos acerquemos a Él. Si vamos con las mejores disposiciones, creceremos más interiormente, pero si lo hacemos como una cuestión de rutina y con poca atención, ese encuentro no nos aprovechará en nada. Todo lo contrario: resultará para nosotros en una forma de ir despreciando paulatinamente al Señor.  La segunda lectura de la Misa resulta provechosa. San Pablo invita a la comunidad de Éfeso a que saquen de su corazón todo tipo de resentimiento que pueda suponer un obstáculo para el encuentro con Cristo y la acción del Espíritu Santo (Ef 4, 31). Y es un punto importante a considerar en nuestra vida: para que nosotros podamos crecer en cada...

El peligro de quedar vacíos por dentro...

 La Palabra de Dios siempre tiene una riqueza particular. Las lecturas de este domingo no son una excepción. De hecho, nos ofrecen la oportunidad de reflexionar sobre un elemento importante de nuestra existencia: Nuestra vida espiritual, nuestra vida de oración. Todos los seguidores de Cristo Jesús, y especialmente aquellos que han recibido una llamada para servir a los hermanos, estamos tentados a valorar más las actividades que están a la vista de otros. Y no es difícil descubrir las posibles razones, entre ellas que al poderse atribuir a nuestra actividad un determinado evento, podemos recibir el aplauso y las felicitaciones de los demás. Y entonces pueden ocurrir dos serios peligros. El primero nos lo advierte la primera lectura de la Santa Misa (Jer 23, 1-6): No dar la importancia justa a las cosas espirituales. El profeta Jeremías hace un llamado a los pastores de Israel porque han cambiado el orden de las preferencias: En lugar de cuidar al pueblo de Dios han introducido otr...

Un momento especial de encuentro con Jesús

Cuando estamos bien y gozamos de buena salud nos vemos perpetuamente tentados de olvidarnos de nuestro Señor Jesucristo o, al menos, no tenerlo tan presente como en otras ocasiones. Pero cuando estamos enfermos o nos encontramos en una situación adversa la situación cambia dramáticamente Cuando estamos bien y sanos podemos tener en control muchas de las situaciones de nuestra vida; pero en la adversidad, cuando no contamos con recursos económicos o recursos materiales, cuando no tenemos fuerzas o no tenemos control de las cosas que nos pasan en nuestro organismo, nos sentimos completamente vulnerables. La sensación de indefensión es grande. Y esa es la lo que quiere trasmitir el autor del libro de Job como escuchamos en la primera lectura (Jb 7, 1-4. 6-7). El pasaje del Evangelio que escuchamos en nuestra Santa Misa de hoy (Mc 1, 29-39) nos narra diversas situaciones de nuestro Señor Jesucristo con los enfermos. En primer lugar, sana a la suegra de Pedro y, posteriormente, a muchos otr...

Nadie es tan malo, ni nadie es tan bueno

Las lecturas de este domingo tienen una profundidad espiritual especial. Nos invitan a ver el trato de Dios con los hombres, desde los ojos de Dios. En la primera lectura (Sab 11, 22 - 12, 2), el autor del libro de la Sabiduría hace una reflexión sobre el amor que Dios tiene por sus criaturas y de manera excelsa por el hombre. Utiliza una frase para expresar la misericordia que tiene con el hombre: “ Te compadeces de todos, y aunque puedes destruirlo todo, aparentas no ver los pecados de los hombres, para darles ocasión de arrepentirse ”. En el Evangelio escuchamos el pasaje de la conversión de Zaqueo (Lc 19, 1– 10). En eso podemos distinguir la mirada de Dios y la mirada de los hombres. Zaqueo es el líder de un grupo de personas que trabajan para los romanos cobrando los impuestos. Se les llamaba publicanos. Eran muy mal vistos por el pueblo de Israel porque cobraban de más y esa acción era tolerada y protegida por el régimen romano. A los ojos de los hombres, Zaqueo era un gran...

Soltó el manto...

 En el Evangelio de nuestra Santa Misa escuchamos el hermoso pasaje del ciego Bartimeo (Mc 10,46-52). A las afueras de la ciudad de Jericó, sabiendo que era el Señor que pasaba, le pide que tenga misericordia de él. Y lo hace insistentemente. Los viandantes interceden por él ante Jesús, y el Maestro accede a encontrarse con Bartimeo. Hay un pequeño gesto que el Evangelista menciona: soltó el manto . El manto era una indumentaria muy útil en la época en la que el Señor peregrinó por el territorio de Israel. Servía para protegerse del polvo y el viento, para conseguir sombra o para tenderlo sobre una superficie y descansar. No es extraño que Bartimeo tuviese un manto. Una cosa tan útil en ese momento preciso para el encuentro con el Maestro es desechada por Bartimeo. Para un ciego, encontrarse envuelto en un manto resulta una situación muy incómoda si tiene necesidad de moverse con rapidez. Bartimeo quería encontrarse con Jesús en ese momento y el útil manto se convierte en un obstác...

Tercer Domingo de Pascua: El camino pascual

En los domingos anteriores como en los próximos domingos encontraremos tres mensajes constantes: uno, la experiencia de Cristo Jesús resucitado, dos, el mandato de llevar a los otros el mensaje y tres, el permanecer unidos a Jesús el Buen Pastor y la vid verdadera. Ya desde el domingo pasado escuchamos en los relatos del Evangelio de la Misa las diversas experiencias con Cristo Resucitado: las mujeres que acudieron al sepulcro y se encontraron con el ángel, los apóstoles que recibieron la visita de Jesús resucitado y el encuentro particular con Tomás. Hoy escuchamos la alegría de dos discípulos que lo encontraron camino de Emaús y cómo lo reconocieron al partir el pan. Ellos fueron al encuentro de los apóstoles que recibieron nuevamente la visita de Cristo Jesús resucitado. Era tal la conmoción que para que se convencieran de que verdaderamente Él pidió un pescado y lo comió delante de ellos. Después de este último episodio, el Señor no se va con rodeos: reconfirma la f...

Acérquense a Jesucristo (1Pe 2,4)

En la segunda lectura, tomada de la primera carta del Apóstol San Pedro, hace un llamado, perenne por demás, a acercarnos a Jesucristo. Él es el objeto de mayor valor al que podemos aspirar puesto que es “ rechazada por los hombres, pero escogida y preciosa a los ojos de Dios ”. Ciertamente, hay algo que no podemos negar: Jesucristo no es del aprecio de la mayoría de los hombres porque un encuentro con Él hace que cambiemos. Y los hombres no son muy proclives al cambio. La primera consecuencia del encuentro con Jesús es la vida. Ya escuchamos en el evangelio de la Misa de hoy que Jesús es el camino, la verdad y la vida. Él es la vida. Solo que no en el sentido que podamos entenderlo el día de hoy (algo como signos vitales o como capacidad de rumbear, o algo así). Esa no es la vida que nos ofrece Cristo Jesús: nos ofrece la vida eterna, nos ofrece una nueva manera de vivir, nos ofrece una nueva manera de ver el mundo, nos ofrece la felicidad verdadera como la genuina manera de vi...

El banquete

El Maestro –Jesús– se sirve de diversas imágenes para enseñar la historia de la salvación. Hoy utiliza la imagen de una fiesta a la que invita a los más allegados (al pueblo de Israel). Ellos rechazan esa invitación. Las razones podrían ser muchas como se enumeran en Lc 14, 18 – 20. El Rey reitera la invitación a la boda de su hijo. Y se reitera la negativa de los invitados. Aunque la imagen primera es el Pueblo de Israel que recibió reiteradamente la invitación de Yahweh a la fiesta de bodas del hijo . Esa fiesta o banquete es un símbolo de la alegría del encuentro con el Señor. Hay fiesta, alegría, gozo cuando un alma se acerca al Señor, se encuentra con Él. Para poder participar de esa fiesta – banquete hay que llevar el traje de fiesta. En la época en que el Señor peregrinó por Israel / Palestina existía la costumbre de tener trajes para ocasiones. Había trajes de luto, trajes de viudez y había también trajes para fiestas. Éstos eran normalmente blancos o de color clar...

Ustedes son testigos de esto (Lc 24, 48)

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Si buscamos en el diccionario la palabra “testigo” encontraremos el siguiente significado: persona que da testimonio o que tiene conocimiento verdadero de algo. Y eso es lo que dice Jesús a sus apóstoles: Ustedes me han acompañado todo este tiempo, han visto y oído todo. Como dice San Juan: “ Les escribimos a ustedes acerca de aquello que ya existía desde el principio, de lo que hemos oído y de lo que hemos visto con nuestros propios ojos. Porque lo hemos visto y lo hemos tocado con nuestras manos. Se trata de la Palabra de vida. Esta vida se manifestó: nosotros la vimos y damos testimonio de ella, y les anunciamos a ustedes esta vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos ha manifestado. Les anunciamos, pues, lo que hemos visto y oído, para que ustedes estén unidos con nosotros, como nosotros estamos unidos con Dios el Padre y con su Hijo Jesucristo ” (1Jn 1, 1-3) Testigos de Nuestro Señor Jesucristo no son sólo los Apóstoles o los discípulos que escucharon de sus propio...