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SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

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La Iglesia inaugura el año civil con una celebración muy especial: Santa María, Madre de Dios. Muchas personas no se imaginan el porqué de esta celebración. Más bien pensarían o se interrogarían porqué no comenzar con una alusión al inicio del año civil. Ya en el I Domingo de adviento, la Iglesia da inicio al año litúrgico y en Navidad rememora el gran acontecimiento que transformó la historia de la humanidad: el nacimiento del Dios que se hizo hombre para salvarnos. Meses más tarde, celebrará la Pascua, con la cual se conmemora el evento salvífico del Señor Jesús. Entonces, ¿por qué el 1 de enero de cada año la Iglesia realiza la fiesta de María, la Madre de Dios?

Feliz Navidad

Éste era el saludo normal en esta época. Un saludo cargado de mucho sentido cristiano. Y digo “era” porque poco a poco se ha ido vaciando de sentido para transformarse en un vocablo carente de significado. Un cumpleaños donde nadie regala algo al cumpleañero. Piensan en la fiesta pero no saben por qué hacen la fiesta. Y van más allá de la fiesta: embriagarse, comer, gastar dinero en impresionar a gente que no nos interesa solo por el hecho de decir que se “está estrenando”. Como Marta, la mayoría de la gente se desvive por los detalles: no quieren que los demás hablen de ellos, además sin saber siquiera por qué lo hacen. Como Marta se olvidan de escuchar al Señor que, con mucho, es lo más importante. Un buen número de personas quieren escuchar música a todo volumen (sin importar si a alguien le fastidia o no, les da igual) solo para no escuchar la voz de su propia conciencia que le reclama que se ha peleado por una tontería con Fulano, porque ha ofendido a Mengano y no

Para pensar en estos días...

¿Qué celebramos en Navidad? Si nos dejamos guiar por los criterios del mundo, podríamos decir que se trata de una fiesta medio carnavalesca, que enfatiza el consumismo, la diversión mundana y el materialismo. Nada tan contrario a lo que es verdaderamente el sentido de lo que celebramos en Navidad. Es curioso, cómo una fiesta de auténtico sabor cristiano ha sido trastocada. Es todo lo contrario de lo que el mundo propone. Nosotros celebramos, de verdad, en Navidad la llegada del Dios que se hizo hombre: sin lujos ni comilonas, sin borracheras ni consumismo… Todo lo contrario, pues Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, nació en Belén, de María, en la más extrema de las pobrezas, que, por otra parte brindó la mayor de las riquezas de la humanidad con la salvación.

Hijo de David

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Es triste, pero hoy son pocos los cristianos que conocen verdaderamente quién es Nuestro Señor. En estos días de Misas de Aguinaldo, la Iglesia ha ido presentando los diversos títulos: Hijo de Abraham,   León de Judá, Rey de justicia y de paz, renuevo del tronco de Jesé. Emmanuel. Hoy las lecturas nos proponen el título de Hijo de David.

ALEGRATE LLENA DE GRACIA

El relato de la Anunciación, cuya consecuencia primera e importante es la encarnación del Hijo de Dios, nos presenta la llamada de Dios a María para que se convierta en la Madre del Altísimo. Conocemos la respuesta de María: un sí, sin condiciones, aunque respetuoso y lleno del temor de Dios. María responde a la llamada e invitación de Dios con decisión: HAGASE EN MI SEGÚN TU PALABRA. No es otra cosa sino su plena aceptación al cumplimiento de la voluntad de Dios, que quiere que todos los seres humanos se salven. Un dato importante en ese relato lo constituye el saludo del Ángel.

La Alegría del cristiano

Una de las notas que adorna las lecturas de la Santa Misa de este domingo es la alegría. Y vale la pena que nos detengamos a reflexionar sobre ello.

La acción del Espíritu

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En nuestra preparación para la Navidad, Pablo , en su I Carta a los Tesalonicenses , nos invita a tomar en cuenta siempre la acción del Espíritu Santo. No hay que ponerle obstáculos a dicha acción. Aún en medio de las dificultades y problemas, hay que tener un corazón abierto a la acción del Espíritu . El compromiso de actuar así con la ayuda del Espíritu nos impulsa a abstenernos de todo mal. Es lógico, ya que el Espíritu es Dios y no nos va a indicar el camino de la maldad, sino el de la salvación.

Es difícil entrar si no abres la puerta

Es clásica la situación siguiente: alguien toca la puerta; de adentro preguntan: “¿Quién es?” El de afuera se identifica y el de adentro responde: “pasa”. El de afuera intenta entrar y encuentra que la puerta está cerrada. El de afuera avisa al de adentro: “es difícil entrar si la puerta está cerrada”. Algo similar ocurre en este tiempo de Adviento.

Preparando el camino...

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Es muy común, en nuestro lenguaje, decir, cuando uno quiere solicitar una entrevista con alguien importante, o que desea conseguir alguna cosa, que se está abriendo puertas o allanando el camino. Con esto, se quiere señalar que hay que hacer un especial esfuerzo para conseguir el objetivo trazado. En el evangelio, se nos recuerda lo que anuncia el profeta, sobre todo refiriéndose a la llegada de Jesús a su pueblo como Mesías. Por eso, se le aplica al Precursor, Juan el Bautista, lo que Isaías dice al respecto: “ Una voz clama: en el desierto, preparen el camino del Señor”.

¿Preparados?

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El inicio del Adviento nos trae una llamada de atención: hemos de estar preparados para recibir al Señor, pues no sabemos ni la hora ni el momento en el que llegará. Ciertamente que se trata de una venida al final de los tiempos. Pero, siendo el adviento un tiempo que nos permite prepararnos a la gran fiesta de la Navidad, esta llamada de atención es una oportunidad para centrar nuestro pensamiento y nuestra vida en lo esencial: la centralidad de la Persona de Jesús en nuestras vidas. Preparar la Navidad es ayudarnos a estar listos para recibir en todo momento al Señor, quien se manifiesta en su Palabra y de tantos modos. Sin embargo, podríamos dar la impresión de que nos hemos dejado ganar. Ya el mundo del consumismo y del materialismo hasta se nos ha adelantado desde hace varias semanas:

La venida de Cristo

Uno de los pilares de nuestra vida cristiana es la firme convicción de que Nuestro Señor Jesucristo vendrá a juzgar al mundo al final de los tiempos. Y eso lo decimos en el Credo. El tiempo de Adviento, que hoy iniciamos, es una ocasión que nos brinda la liturgia de la Iglesia para vivir en nuestra vida esta verdad de fe que profesamos. De hecho,  la palabra “adviento” viene del latín y significa “llegada”. La Iglesia trae a la vida del cristiano la noticia de la venida de Cristo con ocasión de la celebración de la primera venida de Cristo al mundo: su nacimiento en Belén. Lejos de pensar en el fin del mundo –que no sabemos cómo será ni cuando– la Iglesia invita a reflexionar: Este mundo es pasajero: nosotros estamos llamados a la morada eterna, sin embargo, no quiere decir que no debemos preocuparnos por la construcción de un mundo mejor. Todo lo contrario: Es el momento propio para poner en práctica todo lo que el Señor nos ha enseñado. Nosotros, los cristianos, estam

¿POR QUÉ TARDA EL PROCESO DE BEATIFICACION DEL DOCTOR JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ?

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Es una pregunta muy interesante, cuya respuesta, hecha con sinceridad, puede no ser del agrado de muchos. Personalmente, creo que el Dr. José Gregorio Hernández goza de una muy merecida fama de santidad pero la combinación de una serie de factores ha hecho que nuestro médico de los pobres haya sido privado de la gracia del honor de los altares. Haré una lista.

El Rey y Señor

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Una persona cuyo nombre no quiero acordarme mencionó que los fieles no saben lo que significa ser rey. No estoy de acuerdo. Hay títulos de Jesucristo que ciertamente son difíciles de entender porque son herencia cultural. El título de ‘Señor’ no significa lo del uso común, sino más bien al significado de ‘patrón’; y como éste podríamos decir de: “león de Judá”, “Hijo del hombre”, “Cordero de Dios”, “Emmanuel”, etc. Las dos figuras que las lecturas de la Misa nos presentan son perfectamente familiares: el Pastor y el Rey.

¡A producir los talentos!

                 El talento era una unidad monetaria que se usaba en la antigüedad. No era una moneda sino que era una medida para indicar un número de monedas o su equivalente en plata. Un talento equivalía a unos 32 kilos de plata. Todavía hoy sería bastante dinero.                 El uso de este término por parte del Señor en el Evangelio ha introducido un significado nuevo en el idioma: cuando hoy se habla de talento se refiere a las capacidades que muestra una persona para desarrollar una determinada actividad.

Para última hora... ¡no!

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Para el Evangelio de hoy, Nuestro Señor se sirve de una imagen que todavía se ve en algunos lugares de Tierra Santa: Un grupo de jóvenes acompañaban a la novia al encuentro con el novio. En este caso el novio tardaba y se quedaron dormidas. Ante el anuncio de la llegada del novio, cinco de ellas se dan cuenta que no tienen aceite suficiente en sus lámparas para acompañar al festín de bodas. Por indicación de las otras, salen a comprar a altas horas de la noche. El hecho es que cuando tuvieron listas se acercaron a la casa donde se celebraba el banquete. El ya esposo, señor de la casa, no les dejó entrar porque no entraron con él al banquete de bodas. Jesús, en su parábola, les da el título de previsoras y descuidadas. La actitud de ambas da pleno significado a estos títulos. El hecho es que ambos grupos son una imagen de las actitudes de los cristianos en esta tierra.

Hipocresía, no. Coherencia, sí

Las lecturas de este Domingo tienen una profundidad especial. Vale la pena que nos detengamos en una reflexión, aunque sea pequeña, de cada una de ellas.

El egoísmo... ¡cosa mala!

En el Evangelio de nuestra Santa Misa de hoy sigue la “cayapa” contra Nuestro Señor Jesucristo. Como el Señor había puesto en evidencia a los saduceos, ahora se acercan los fariseos para ponerlo a prueba. No se les ocurre otra cosa que preguntar a Jesús por algo que se la pasaban discutiendo todo el tiempo: ¿Cuál es el mandamiento más importante de la ley?. Y la pregunta tiene algo de razón, porque existían un buen número de preceptos y prohibiciones. Algunos maestros de la ley daban más importancia a algunos y otros maestros afirmaban que eran más importante otros.  Jesús, la Sabiduría de Dios hecha carne, responde con sencillez: “ Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los profetas ”.  Y ahora Jesús, nuestro Maestro, nos da una clase magistral:

Dios y el césar

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En no pocas ocasiones, los fariseos y maestros de la Ley quisieron poner en prueba a Jesús. Les molestaba, además de su liderazgo creciente, el hecho de que siempre tuviera una explicación justa y adecuada a sus planteamientos. Por eso, más de una vez le quisieron poner a prueba con toda su mala intención. A veces, lo hacían valiéndose de argumentos que tenían que ver con el cumplimiento de algunos preceptos de la Ley. A lo que Jesús respondía con libertad, pero con toda claridad. Un día, quisieron ponerlo entre la espada y la pared. Le presentaron una interrogante sobre un hecho, aparentemente inocente:

El traje de fiesta

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En el Evangelio de nuestra Santa Misa de hoy, el Señor Jesús relata una parábola en la que describe lo que ha sido la historia de la salvación: Dios escogió para sí un pueblo pero ese pueblo no quiso ser fiel a su llamado. La imagen es la de un banquete de bodas del hijo de un rey. Visto que no quisieron participar del banquete, el llamado de Dios se extiende a todos los hombres sin distinción.  Para participar en ese banquete de bodas, hay que ir vestido para la ocasión. El rey se percata de uno que entró sin el traje adecuado,

Los viñadores malvados

Las lecturas de la Misa de hoy nos presentan una de las imágenes usadas en la Sagrada Escritura para referirse al pueblo de Dios: la viña. En el Evangelio el Señor relata una parábola con un significado histórico y doctrinal muy profundo. Te doy unas pistas para su comprensión. 1) El dueño de la viña es Dios Padre que se ha elegido para sí un pueblo. 2) La viña es el pueblo de Israel. A este pueblo Dios le concedió muchísimos cuidados que van desde hechos milagrosos hasta enseñanzas particulares. 3) Los enviados son los profetas: recordemos que los profetas no son los que predicen el futuro, sino los que llevan un mensaje de parte de Dios. Los profetas invitaban al pueblo a ser fieles a la Voluntad de Dios, a apartarse del mal y a confiar ciegamente en Dios. Ellos no siempre fueron bien recibidos, de hecho, muchos de ellos fueron perseguidos, maltratados y asesinados. 4) El hijo del dueño es Jesús. En la parábola anuncia su pasión y muerte. 5) La decisión de “ quit

La parábola de los dos hijos

El pasaje del Evangelio de este domingo tiene una profundidad particular. Es conocido como la parábola de los dos hijos. En primer plano, la parábola va dirigida a los Sacerdotes y a los ancianos del pueblo. Ellos presumían de no tener pecado y esa soberbia cerraba el corazón a cualquier invitación a la conversión, por ejemplo, la que hizo Juan el Bautista. En cambio, otros personajes de Israel sí atendieron el llamado de Juan. En un plano más profundo, hay una sicología muy particular. Sin desvirtuar la Palabra del Señor, toma en consideración estos detalles: 1) Son dos hijos. Uno dijo “no” pero terminó obedeciendo y el otro dijo “sí” pero no obedeció. La pregunta de Jesús es quién cumplió verdaderamente la voluntad del papá. 2) La imagen del hijo obediente, el Señor la atribuye a los sacerdotes y ancianos. Les reprocha el que habiendo oído el mensaje de Juan, no aceptaron la invitación a cambiar de vida. 3) ¿Cuál es la razón por la cual no aceptaron la invitación a la co

La envidia, cosa mala...

El Evangelio de la Misa de hoy tiene como mensaje principal la generosidad de Dios, que va más allá de la propia justicia. No obstante, esta parábola tiene muchos detalles sobre los cuales podríamos hacer una reflexión. Cuando los trabajadores reclaman al patrón el por qué los que habían trabajado menos habían recibido lo mismo que ellos, el patrón les responde: ‘ Amigo, yo no te hago ninguna injusticia. ¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario? Toma, pues, lo tuyo y vete. Yo quiero darle al que llegó al último lo mismo que a ti. ¿Qué no puedo hacer con lo mío lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?’ .   Una de las cosas que ve el patrón en sus trabajadores es la envidia. Y sobre este punto quisiera dejarte algunas consideraciones. La envidia es la tristeza, pesar y resentimiento por la felicidad, la prosperidad y el bien del prójimo. No olvidemos que la envidia es uno de los pecados capitales, es decir, que es fuente y origen de otros pecados. De

María conservaba todas estas cosas meditándolas en su corazón

Este año, el Buen Dios nos ha regalado que en el día dedicado al descanso y nuestra santificación, celebremos también a la Madre del cielo: Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela. Todas las lecturas de la Santa Misa son preciosas, pero quiero detener tu atención sobre el final del Evangelio: María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón . La presencia de María en la vida de la Iglesia y de los cristianos no es algo meramente accesorio. Ella ha jugado un papel de insustituible importancia en el plan de Dios al ser el medio por el que el Salvador unió su vida a nuestra historia, al acompañar a Cristo en su vida y estar presente en el inicio de la vida de la Iglesia. Sin embargo, la grandeza de esta mujer se debió a su fidelidad: “¿Quién es mi madre...? Quien hace la voluntad de mi Padre que está en cielo. Ésa es mi madre ” (Mt 12, 48-49). Hoy, “meditar” tiende a confundirse con otras actividades un poco extrañas, traídas sobretodo de cultura