La Navidad, su verdadero significado...
En muchísimos programas de televisión que tratan el tema de la Navidad solemos encontrar alguna coletilla mediante el cual el guionista o el director del programa quiere transmitir lo que entiende como “el verdadero significado de la Navidad”.
En algunas ocasiones el mensaje se centra en el compartir. En otras ocasiones el mensaje está en ayudar a la persona necesitada. En la inmensa mayoría el sentido o el significado de la Navidad descansa en el hecho de poder sentarse toda la familia a celebrar compartiendo una comida o cantando canciones. No cabe duda que todos esos significados son muy bonitos, pero ninguno de ellos es el verdadero significado de la Navidad.
Ha habido un plan sistemático para vaciar de sentido original a la Navidad. Se han inventado historias y personajes, se han construido costumbres inicialmente con buena intención pero que después se han ido transformando en otras cosas que no tienen ningún tipo de contenido religioso. La política en muchos países ha ido en contra de la Navidad y quieren eliminar hasta el nombre: en lugar de desear “feliz Navidad” quieren que sea sustituido por el soso saludo de “felices fiestas”. Llegan inclusive a afirmar esos políticos que es necesario hacerlo porque alguien puede sentirse ofendido si le desea una Feliz Navidad.
Aunque suene extraño los cristianos católicos tenemos que reivindicar que la Navidad es y será la celebración de uno de los momentos más grandes y hermosos de la historia: Dios se ha hecho hombre y ha nacido de Santa María Virgen.
El tiempo de Adviento que hoy termina era un momento especial para que nosotros centremos el corazón en ese acontecimiento evitando dejarnos llevar por el consumismo o por el ateísmo práctico. La Navidad sin la referencia a Cristo Jesús es una celebración vacía porque, al igual que pasa en nuestra vida, Jesucristo da un sentido a todo.
En la primera lectura escuchamos al profeta Isaías (9, 1-3. 5-6) anunciar que “el pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande”. Ese evento se repite cada día. Todos los días Jesucristo ilumina la vida de todo hombre que cree en él. No es extraño que en la liturgia uno de los símbolos de Cristo Jesús es la luz. De la misma manera que la luz nos permite distinguir los colores, las figuras y las cosas; Cristo Jesús nos permite ver en la justa dimensión todos los eventos de nuestra vida. Más aún, nos permite entender nuestra propia vida dentro del plan de salvación que tiene para todos los hombres.
Por eso la solemnidad de la Navidad es una fiesta grande. Es el inicio de la misión de Cristo. Es recordar vivir y celebrar que Cristo es uno de nosotros, uno como nosotros. Y eso no va a cambiar jamás. No es un Dios lejano es un Dios con nosotros. Es un Dios que me entiende perfectamente porque siente lo mismo que yo. Y la alegría de la Navidad tiene su fundamento en que Dios se ha hecho hombre y siempre estará con nosotros.
El verdadero significado de la Navidad es este: Jesús ha nacido y nos ha dejado un camino de salvación que nos da un sentido nuevo y absoluto a nuestra vida. Y por eso estamos alegres. Y por eso damos ese saludo: ¡Feliz Navidad! Le decimos a otro: estoy feliz y deseo que seas feliz porque Cristo ha nacido y está con nosotros.
¡Feliz navidad para todos!
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