El Buen Pastor
Si bien
la mayoría de nosotros no hemos tenido una experiencia de lo que es un pastor y
su modo de actuar, la imagen no nos resulta del todo desconocida.
En el Evangelio de hoy escuchamos
que el Señor se aplica a sí mismo el título de Buen Pastor. El adjetivo “buen”
no es superfluo.
El Señor quiere precisar que ha habido (y es triste, pero
también habrá) pastores que desarrollan esa actividad no porque quieren, sino
simple y llanamente porque reciben una remuneración económica. Las
consecuencias de esa actitud son claras: “el asalariado, el que no es el pastor ni el
dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el
lobo se arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan
las ovejas”.
La actitud de un buen pastor es la
que describe el Señor: “Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis
ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco
al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas”.
El Evangelio de hoy es una
invitación para toda la Iglesia en tres sentidos:
Para los pastores de la Iglesia:
Cada uno de los que han sido llamados a servir a la Iglesia debe hacerlo con el
mismo espíritu de Jesús. No debe dejar que otras cosas perviertan su misión: llevar
a Jesús, los frutos de la redención y el mensaje de salvación a todos los
hombres. Deben permanecer siempre fieles.
Para los fieles: aparte de guardar
la conciencia de que siempre habrá ministros de la Iglesia que los guíen, deben
prestar atención a sus orientaciones (escuchar y reconocer la voz del pastor).
Por otra parte, deben estar dispuestos no sólo a ayudarlo, sino a corregirlo si
es necesario. Deben ayudar a que cada sacerdote sea imagen del Buen Pastor.
Para todos: Es una obligación para
todos elevar nuestras súplicas a Dios para que no falten a la Iglesia un número
suficiente de sacerdotes que la atienda. Además, debemos pedir también por la
fidelidad de los que están ya en el servicio ministerial. Ésa es la razón por
la que desde hace muchos años, el cuarto domingo de pascua, el domingo del Buen
Pastor, en toda la Iglesia se realiza una jornada de oración por las
vocaciones.
Así pues, no olvides este compromiso
ante Dios por la Iglesia. Dejémonos guiar por Jesús, el Buen Pastor.
Feliz
día del Señor y que Dios te bendiga.
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