Mantenerse fieles al Señor
Normalmente
comentamos el Evangelio de la Misa, pero hoy la segunda lectura nos ofrece un
llamado de atención, perfectamente válido para hoy. Te recomendaría que lo
leyeras varias veces y lo meditaras despacio. Te doy tres puntos para tu
reflexión:
1)
Debemos ser conscientes de que somos un ejemplo para los demás: “Sean
todos ustedes imitadores míos”, dice San Pablo. Él es consciente de que
muchos se fijan en lo que hace. Igual nosotros.
2)
Discernimiento: “observen la conducta de aquellos que siguen el ejemplo que les he dado
a ustedes”. Todos, pero especialmente los más jóvenes, deben atender a
los ejemplos de las personas que se esfuerzan por vivir bien, por cumplir la
Voluntad de Dios. Cada quien, con las luces del Espíritu Santo, aprende a
seguir a Dios en las circunstancias concretas de la vida y eso nos sirve de
guía.
Pero
no sólo eso: “hay muchos que viven como enemigos de la cruz de Cristo. Esos tales
acabarán en la perdición, porque su dios es el vientre, se enorgullecen de lo
que deberían avergonzarse y sólo piensan en cosas de la tierra”. Dios
nos ha dejado las facultades como para saber distinguir lo bueno de lo malo.
Sin embargo, es fácil dejarse llevar por los que viven alejados de Dios: pensar
que el que vive de manera más materialista, el que gasta más dinero, el que
insulta más, el que quiere dominar con sus actitudes o con las armas, el que
vive al día de todos los chismes, el que piensa solo de fiesta en fiesta, es el
modelo a seguir. ¡Nada más falso! A los jóvenes debe inculcárseles que el
“elogio público” de “todo el mundo” no es certificación de que se está haciendo
bien las cosas. El norte es el bien, el norte es la Voluntad de Dios.
3)
“Manténganse
fieles al Señor”. Éste es un llamado constante, pero sobre todo vigente
en el tiempo de cuaresma. Es un tiempo de profunda revisión personal: examinar
mi vida a la luz del Evangelio. Es un tiempo de conversión: cambiar en la vida
lo que debo cambiar para ser imagen de Cristo Jesús. Todos los discípulos de
Cristo estamos llamados a mantenernos firmes en el seguimiento a Cristo, fieles
a su mensaje, no a los estereotipos alejados de Dios. Hagamos caso a la voz del
Padre: “Este es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo”.
Dios
te bendiga.
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