¿Qué es la vida?
Hoy, en el Evangelio de nuestra Misa, hemos escuchado
que Jesús dice: “Yo soy el pan de la vida”. ¿Qué quiso decir el Señor? Lo
primero que debemos aclarar es el significado del término vida en la Sagrada
Escritura. En la Biblia, la palabra vida se usa para referirse a tres
realidades.
a) La vida
física: Es el sentido más básico.
b) La vida
espiritual. Las personas humanas no somos solamente un conjunto de
organismos que desarrollan una serie de actividades conjuntas.
Tenemos una
dimensión que va más allá del ámbito estrictamente físico. Hay capacidades que
no son materiales como conocer y amar, sentimientos y emociones. La interacción
con otras personas no se resuelve solo en una serie de ecuaciones. Tenemos una
dimensión espiritual que tiene un orden y un fin: la búsqueda de la verdad y el
bien. Cuando una persona no ordena su existencia en la verdad y el bien
desperdicia su vida.
La vida espiritual está ordenada a Dios que es el Bien
y la Verdad suprema. Cuando una persona se aleja de Dios pierde la vida
espiritual: comienza a “huir” hacia cosas materiales que le produce vaciedad.
Para no sentir esa vaciedad va de actividad en actividad, de cosa en cosa, solo
para huir de esa sensación de vaciedad.
Cuando una persona, en cambio, orienta su existencia
según la verdad y el bien, entonces, esa persona “vive”, tiene vida espiritual.
Tiene amplitud de mente para conocer la verdad y no tiene miedo de reconocer
que ha estado equivocado. Tiene la entereza de cumplir los mandamientos porque
encuentra en ellos el desarrollo pleno del bien.
La vida espiritual llega a su culmen en la unión con
Dios. Siendo Él la Verdad y el Bien, cuando nos unimos llegamos a la
realización plena. Esa es la razón por la que la Iglesia ha enseñado que sin la
comunión eucarística, no hay vida espiritual plena. Así lo ha enseñado el
Señor, como escucharemos el próximo domingo: “Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su
sangre, no podrán tener vida en ustedes” (Jn 6,53).
c) La vida
eterna. Es la plenitud de la vida: la unión perfecta y eterna con Jesús. Es
la realización de la vida que supera la vida física; de hecho, para poder
alcanzarla se ha dejar atrás la vida de este mundo. Pasado el umbral de la vida
terrena, el creyente que ha orientado su vida según una vida espiritual,
alcanzará la vida eterna.
¿Qué quiere decir Jesús cuando
dice Yo soy el pan de la vida?
El Señor se refiere a su presencia real en la
Eucaristía. Él se ha quedado como amigo, como alimento y como fuente de vida.
Sin un trato con Jesús en la Eucaristía (entendamos, sin la oración y sin la
comunión) es imposible tener vida espiritual y, por lo tanto, alcanzar la vida
eterna.
El primer paso para un cristiano es reconocer esa
presencia del Señor. No está bien llamarlo “la hostia”. Hay que llamarlo por su
nombre: ¡Jesús! También podemos referirnos con los otros nombres que están en
la Biblia: la Eucaristía, el Pan de Vida, el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Sin Jesús en la Eucaristía no tendremos vida
espiritual ni vida eterna. ¡Orientemos nuestra vida a Jesús!
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