Domingo de la Santísima Trinidad
El domingo siguiente a la solemnidad de Pentecostés la Iglesia celebra el domingo de la Santísima Trinidad. Es un domingo especial para renovar nuestra fe en el proyecto de salvación que Dios tiene para nosotros.
No es del todo fácil entender la historia de la salvación. De hecho, es muy fácil distorsionarla. Cualquier persona puede decir que Dios es un ser malvado por crear un hombre, permitirle hacer caer en la tentación que conlleva una vida cargada de sufrimientos y de males producidos por otros. ese razonamiento pernicioso lo puede decir un hombre que no tiene fe y que no conoce bien el mensaje de salvación.
No es cierto que Dios hizo al hombre para después castigarlo. Eso sería ignorar el bien más grande que nos ha dado Dios como ser humano: la libertad. Si Dios nos hubiese creado autómatas, entonces no tendríamos ningún mérito. Seríamos como unos juguetes.
En realidad, somos el fruto del amor de Dios. Dios nos ha creado porque nos ama y porque quiere que cada uno de nosotros pueda corresponder a ese amor. Y no puedo amar a Dios si no soy libre.
La predilección de Dios por los hombres llegó hasta el punto en que Dios mismo quiso vivir entre los hombres. Y quiso hablarnos en el mismo lenguaje nuestro (Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender). Quiso decirnos personalmente que nos ama y que espera que nosotros correspondamos a ese amor. Y nos ha dejado indicaciones precisas para ello.
El amor que Dios nos tiene no quedó allí. Nos ha enviado luego al Espíritu Santo para que junto con los hermanos nuestros -la Iglesia- podamos enriquecernos, ayudarnos mutuamente y crecer hasta la altura de Cristo Jesús (cuando venga el Espíritu de verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena).
Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo nos ama infinitamente. Debemos tener presente que no hay absolutamente nada que podamos hacer que haga disminuir el amor que Dios nos tiene (Dios ha infundido su amor en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo, que él mismo nos ha dado).
Somos nosotros el mejor proyecto que Dios ha tenido jamás. Hemos nacido y crecido en medio de la Santísima Trinidad.
Que Dios te bendiga hoy y siempre.
Comentarios
Publicar un comentario