Por la gracia de Dios, soy lo que soy
En la segunda lectura de nuestra Santa Misa de hoy (1Co 15, 1-11), San Pablo da su testimonio de que él ha dado todo por corresponder a la gracia que Dios le ha dado primero. Y gracias a esa acción de Dios, San Pablo ha podido hacer cosas grandiosas y anunciar el mensaje de Cristo Jesús.
El secreto de San Pablo era no confiar tanto en sus propias capacidades y en sus dotes particulares, sino más bien confiar en la gracia de Dios. Es Dios mismo el que obra en él.
En el Evangelio (Lc 5, 1-11) escuchamos algo similar. Un grupo de pescadores había terminado ya la faena que no había arrojado resultados. El Señor sube a la barca de uno de ellos para poder hablar mejor a las gentes. Terminado el anuncio, se dirige a los pescadores, concretamente a San Pedro. Le pide que salga a pescar. Pedro le manifiesta que la jornada ha pasado en vano, pero aun así, va a confiar en él. San Pedro vio recompensada su confianza con una pesca asombrosa.
La experiencia del fracaso es y será una constante en nuestra vida. Dependerá de cada quien como la afronte. Nosotros, los creyentes en Cristo, tenemos una grandísima ventaja con respecto al mundo. Tenemos a Jesús y su gracia de nuestra parte.
La fe en el Señor, vencedor del pecado y la muerte, hace nacer en nosotros la esperanza –la confianza– de que todo lo que nos ocurra, bueno o malo, será para nuestro bien. Y todo ello por la gracia de Dios, nuestro Señor.
Lo que espera el Señor de nosotros es docilidad y fidelidad. Que sepamos dejarnos conducir por su gracia que nos mueve a hacer lo correcto en cada momento y a conservar esa amistad con Dios. Y fidelidad: que, aunque tengamos momentos de debilidad, distracción o de maldad, sepamos volver a Él. Que no lo cambiemos por cualquier cosa pasajera, material o caduca.
Siendo dóciles y fieles como Pedro o Pablo, haremos que fructifique la gracia de Dios en nosotros. Y podremos decir con San Pablo: por la gracia de Dios, a pesar de las dificultades y mis miserias, soy lo que soy.
Que la gracia de Dios nos acompañe siempre.
Comentarios
Publicar un comentario