si nos dejamos guiar por el Espíritu Santo...
… Podremos escuchar el mensaje de Cristo sin importar de dónde venimos ni cuál es nuestra historia. Todos tendremos la disponibilidad para acercarnos a Jesús y escuchar el mensaje que transforma nuestra vida y da un significado nuevo a todos los momentos de nuestra existencia (Hech 2, 5 – 8).
… Podremos entender que somos únicos. Tenemos un origen, tenemos nuestra propia biografía, tenemos nuestras debilidades, tenemos nuestras fortalezas, tenemos nuestras preocupaciones y eso nos hace únicos ante el Padre. Y el Espíritu Santo me hará entender que eso que me hace único es lo que me hace valioso a los ojos de Dios. Y el Espíritu Santo hará también que yo pueda escuchar el mensaje de Cristo y entenderlo en mi propio idioma, que es mi propia existencia (Hech 2, 8.11).
… Podremos entender lo importante
que es Cristo Jesús en nuestra vida y podremos anunciarlo a los demás. Podremos
profesar el nombre de Cristo, dando testimonio de nuestra fe a los demás. Pero
no serán testimonio vacío, sino que será fruto de la acción del Espíritu Santo
en nuestra vida (1Co 12, 3).
… Podremos ayudar efectivamente a
la construcción de la Iglesia. Porque cada quien es único y así lo reconocemos ante
el Padre, movido por el Espíritu Santo, entonces podremos dar nuestro aporte
específico a la Comunidad de creyentes. Somos una herramienta única en las
manos del Espíritu de Dios. No lo haremos igual que otros ni descansará en nosotros
la misma responsabilidad que los demás. Pero no por eso nuestro aporte será
menos importante. Ese aporte ayudará a hacer más fuerte la Iglesia (1Co 12, 4 –
6).
… Podremos experimentar el amor
de Dios en nuestra vida. Ese amor se manifiesta de manera eminente en el perdón.
Si nos dejamos guiar por el Espíritu sabremos arrepentirnos de lo mal que hayamos
hecho y podremos abrir el corazón al amor de Dios que perdona (Jn 20, 22).
Entonces, dejémonos guiar por el
Santo Espíritu de Dios.
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