Libre y con todo
Las lecturas de nuestra Santa Misa nos ilustran sobre las actitudes para el seguimiento a Cristo Jesús. Y aunque cada quien podría identificar múltiples características de esa respuesta a Jesús, solo me limitaré a dos.
La primera: la respuesta al Señor es libre. Y debe serlo. Y es tal vez este sea el punto donde los que reciben el mensaje de Cristo les cuesta entender o poner en práctica.
Ordinariamente los seres humanos funcionamos con muchas previsiones. Es normal. Cuanto más podamos tener el control de lo que hacemos, gozamos de la certeza de que no habrá nada que haga perder el confort del que disfrutamos. Es por eso que las cosas de las que no podemos tener el control absoluto generan desconfianza.
Cuando el Señor pide la disponibilidad de no depender de muchas cosas, los que reciben el llamado no siempre se encuentran cómodos y es por eso que la respuesta inicial no siempre es sí. En las lecturas de hoy escuchamos diferentes actitudes: Eliseo se toma un tiempo para renunciar a todo (1Re 19, 19-21), mientras que otros postergan el seguimiento a eventos con afectos humanos (Lc 9, 51-62).
La tentación siempre suele ser la de tratar de encontrar un “término medio”. Lo que ocurre es que nadie puede servir a dos señores (Mt 6, 24) y en esos casos, suele ser el Señor quien pierde. Pero, la búsqueda de “fórmulas alternativas” tiene como fundamento la ignorancia de quien deja el interés por todo para seguir al Señor, en realidad no pierde nada. De hecho, gana mucho más de lo que deja. Porque, en la práctica, seguiremos haciendo lo mismo que hacemos, pero con un espíritu nuevo y con un significado nuevo.
Para poder conocer ese espíritu nuevo y ese significado nuevo, es necesaria la segunda característica. Los venezolanos, cuando queremos hacer saber que vamos a poner toda nuestra voluntad y empeño en algo, decimos: “voy con todo”. Y esa es la segunda característica: seguir a Jesús “con todo”.
Seguir al Señor Jesús con confianza es la “receta mágica” para que pueda ver, sentir y vivir de manera diferente toda mi vida. Si dejas algún tipo de reservas (ideológicas, afectivas, económicas, etc.), eso puede convertirse en un resorte que te empuje a la vida de antes.
Recuerda esto: al Señor Jesús se le sigue libre y con todo.
Bendiciones para todos.
Comentarios
Publicar un comentario