Domingo de la Divina Misericordia

  Hoy nos unimos a toda la Iglesia en la celebración de la victoria de Cristo con su resurrección y contemplar la Divina Misericordia de nuestro Salvador.

Hoy las lecturas de la Santa Misa nos dejan suficientes pistas para comprender qué cosa sea la misericordia y cómo puede ser parte de mi vida como creyente.

La misericordia es amor hacia el necesitado. Hay personas que tienen necesidades materiales y necesidades espirituales. Por eso, antiguamente, se enseñaba en el catecismo las obras de misericordia:

Obras de misericordia espirituales:

✅ Enseñar al que no sabe.

✅ Corregir al que se equivoca.

✅ Dar buen consejo al que lo necesita.

✅ Perdonar las injurias.

✅ Consolar al triste.

✅ Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.

✅ Orar por los vivos y los muertos


Obras de misericordia corporales:

✅ Visitar y cuidar a los enfermos.

✅Dar de comer al hambriento.

✅Dar de beber al sediento.

✅ Dar hospedaje al peregrino.

✅ Vestir al desnudo

✅ Visitar a los presos

✅ Enterrar a los muertos.


Hoy leemos en la primera lectura (Hech 2, 42 – 47) que la primera Iglesia hacía todo lo posible para que no hubiese necesidad entre los hermanos. Es un gesto que puede repetirse hoy de múltiples formas, entre ellas, colaborar con las Cáritas Parroquiales.

San Pedro, en la segunda lectura (1Pe 1, 3 – 9) nos recuerda que Dios es rico en misericordia. Dios nos ama tanto que envió a su Hijo para que no viviéramos sin esperanza, sino con una fuerza nueva para que en todo mostremos una nueva vida.

Finalmente, Jesús es el Señor de la Misericordia que viene a nuestro encuentro con el perdón. Es la mayor acción de misericordia de Jesús. Muchísimas personas, por respetos humanos o por ideología, dejan de experimentar.

Ten la certeza de que el perdón es el mayor acto de misericordia que Jesús tienen con nosotros. Solo queda que abramos el corazón a esa experiencia. Que la misericordia del Señor Jesús descienda sobre nosotros.


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