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El problema es la avaricia

El consejo del Señor es claro: eviten toda clase de avaricia (Lc 12, 15). Y para comprender bien en qué consiste la avaricia es necesario precisar algunos conceptos. Los bienes materiales no son malos. Todos ellos son fruto de la voluntad creadora de Dios. Y fueron dados al hombre para que los trabajara (Gen. 2, 15). Los bienes materiales son para multiplicarlos y producirlos, siempre en beneficio de la colectividad humana. Quien trabaja o procura que se trabaje le es absolutamente lícito obtener una ganancia, siempre y cuando no vaya en perjuicio del bien de otro. La condición de cada quien debería ser tal que no le brindara preocupaciones por su bienestar actual y futuro. Quien carece de ellos, vive en una angustia permanente. Por eso, ser pobre de bienes no es bueno. El cristiano debe vivir bien, y debe orientar su vida para vivir bien. Ahora bien, no importa cuál sea nuestra condición actual. El cristiano no debe perder de vista que está llamado a buscar los bienes más ...

Pedir e interceder con confianza y humildad

La oración nuestra puede tener múltiples objetos: alabar, dar gracias, pedir perdón… pero sin duda, la inmensa mayoría de las ocasiones en las que nos dirigimos a Dios es pidiendo algo o por alguien. Cuando se pide por alguien o por alguna situación, ese modo de orar se llama “oración de intercesión”. Pedir por los otros ha sido siempre una de las fuentes de la espiritualidad del cristiano. De hecho, el mismo sacrificio de Cristo en la cruz, es un sacrificio de intercesión: dio su vida por nosotros. En el Padre Nuestro, oración que escuchamos en labios del Señor este domingo, es también una oración de intercesión: cada quien intercede por los demás que rezan esa misma oración, pidiendo que nos dé el pan de cada día, perdone nuestros pecados y nos libre de la tentación. Otro modelo de oración es la de petición: nos dirigimos al Señor pidiendo algo a favor propio. Y quede claro que no es egoísmo, sino que es la actitud más normal que tiene un hijo con su padre. Sea uno u ot...

Estar con Jesús es la parte mejor

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Las lecturas de hoy tienen una profundidad particular. En la primera lectura leemos el pasaje conocido como la teofanía de Mambré (donde tres personajes se encuentran con Abrahán; Gn  18,1-10 ). En la segunda lectura, San Pablo da testimonio de su alegría por los trabajos que hace en favor de la Buena Noticia: Jesucristo está entre nosotros, ésa es la riqueza de la esperanza de la gloria (Col  1,24-28) . En el evangelio de nuestra Misa escuchamos el pasaje de Marta y María (Lc 10, 38 – 42): tras el reclamo de Marta, Jesús le hace saber que ella se preocupa por muchas cosas siendo necesaria una sola (no dice cuál es), pero sí le dice que María, su hermana, ha escogido la parte mejor. Hoy se hace muchas reflexiones sobre la búsqueda del equilibrio en la vida. Se critica a los padres que trabajan como bestias “para que a sus hijos no les falte nada” y al final, a los hijos le falta la presencia de los padres. Se critica a las personas que trabajan para reunir dinero y p...

El Señor Jesús no te pide más de lo que tú puedes dar

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                Hay un principio claro en la vida de la Iglesia: Dios no pide más de lo que cada quien puede dar. En el caso de que pidiera cosas extraordinarias, el Señor haría el resto.                 Hoy las lecturas de la Misa nos recuerdan este punto: los mandamientos del Señor no son irracionales o absurdos. Todas y cada una de las cosas que nos pide Dios para nuestra vida son perfectamente factibles (Deut. 30,10-14) . Somos nosotros quienes ponemos los “peros”.                 En la primera lectura, Moisés entrega al Pueblo de Israel los mandamientos de Yahveh. Y les hace una advertencia clara: Estos mandamientos que te doy, no son superiores a tus fuerzas ni están fuera de tu alcance . Somos nosotros quienes ponemos cualquier cantidad de obstáculos; la mayoría de ellos los fabricamos n...

¡Somos mensajeros de la paz!

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Hay muchísimas cosas que debemos considerar en este pasaje del Evangelio que Dios y la Iglesia nos proponen para este domingo. Así que lo haré en forma de tips , que sirvan de pista de despegue para tu meditación personal: — Nunca vamos a ser suficientes para anunciar el Evangelio : por eso Jesús nos invita a que pidamos al dueño de la mies que envíe trabajadores. Siempre hemos de pedir para que seamos más lo que anunciamos a Cristo Jesús. Principalmente, sacerdotes, pero también que el Señor Jesús suscite laicos que se animen a llevar el mensaje a territorios de misión y a nuestra Iglesia. — La eficacia del anuncio del mensaje no está en lo que tengamos, sino en la fe y la confianza en Jesús : por eso el Señor pide a los discípulos que no lleven prácticamente nada. No son las previsiones materiales la que dan la eficacia del anuncio. Hay que quitarse de encima el gran peso de creer que porque carecemos de medios materiales o no tenemos alcance en los medios digitales. ¡No! ¡...

Solemnidad de San Pedro y San Pablo

APRENDER DE PEDRO… Hoy nos unimos a toda la Iglesia para la celebración de la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. Ambos son columnas de la Iglesia.  Hoy distraeré tu atención sobre Pedro. Es un personaje interesante porque es un ejemplo cercano de la vida ordinaria del creyente.  Pedro era un hombre normal. Sabemos que era trabajador, pescador, estaba casado. Era un hombre extremadamente pasional. Era un hombre con debilidades. También era un hombre que amaba a Jesús. En todo eso se parece a nosotros. Nada de lo que acabamos de describir le resultó un obstáculo para seguir a Cristo, para dar testimonio de Cristo Jesús, y para ser santo. Sus tiempos eran mucho más duros que los nuestros y, a pesar de todo eso, fue capaz de mantenerse firme. San Pedro hizo algo que debemos hacer: profesar personalmente la fe en Jesucristo. En el Evangelio escuchamos que el Señor hace la pregunta: ¿Ustedes quien dicen que soy yo? Pedro se hace adelante y da su r...

Nuestra fe en la Eucaristía

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Si hay alguna riqueza en la Iglesia es nuestra fe en la presencia real de Nuestro Señor Jesucristo en la Eucaristía. Por las palabras del sacerdote el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, con su alma y divinidad. Es Dios con nosotros. San Pablo ya da testimonio de que celebraban la Eucaristía en las primeras comunidades cristianas. Hace un relato perfecto de la Santa Misa. Y a los Corintios les recuerda que en la Eucaristía está presente Jesús con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad (1Co 11, 27 – 29). Cada generación debe renovarse en la fe en el Señor Jesús. Siempre. Y es un esfuerzo que no debe dejar de hacerse. Podríamos hacer muchas consideraciones, pero la primera de todas es ésta: No olvidar jamás que es Dios quien se ha quedado con nosotros. Si bien Jesús es nuestro amigo y nuestro hermano, no deja de ser Dios y tampoco deja de merecer todo nuestro respeto a la majestad divina. La Iglesia ha aceptado y transmitido una ...