La alegría de la conversión

Las lecturas de hoy son una invitación a considerar algo que seguramente ya sabemos, pero que olvidamos con facilidad. El llamado que hizo el Señor Jesús al inicio de su vida pública (mismo llamado que hace hoy) fue a la conversión: Conviértanse y crean en el Evangelio (Mc 1, 15). La conversión es el resultado de reconocer el amor que Dios nos ha mostrado primero; que nuestra vida está llena de acciones que no están bien, que nos dejan un daño a nosotros y los demás; y que respondiendo al amor de Dios, rectifico mi vida dejando atrás el mal que he hecho. Arrepentirse conlleva necesariamente el cambio de vida. Decir: “Sé que estoy haciendo mal” pero no cambiar de vida, no es arrepentimiento. ...