La triple comunión y los sacerdotes
Los Papas y los Obispos nos han enseñado en los últimos años que la Iglesia es también un misterio de comunión. Recientemente nos lo ha recordado el Papa Benedicto XVI en la Conferencia de Aparecida (Brasil) y los Obispos de Venezuela (Concilio Plenario de Venezuela, 2007).
La comunión de los hijos de Dios se realiza en modo triple: la comunión en la misma fe, la comunión en los mismos sacramentos y la comunión afectiva. Comunión significa “común unión”, entonces es la “común unión” en la fe, los sacramentos y en la vida de los discípulos de Cristo.
Todos los discípulos de Cristo compartimos la misma fe en Cristo, en su mensaje cuyo custodio es la Iglesia.
Todos los discípulos de Cristo compartimos los mismos sacramentos: hemos recibido el mismo bautismo que nos hace hijos de Dios, nos fortalecemos con el don del Espíritu Santo en el sacramento de la Confirmación, recibimos el perdón de nuestros pecados en el sacramento de la Penitencia, y realizamos la plenitud de la comunión en la Eucaristía donde todos nos hacemos uno con Cristo Jesús.
Todos los discípulos de Cristo hemos recibido el mismo mandato que escuchamos en el Evangelio: “Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado; y por este amor reconocerán todos que ustedes son mis discípulos”. (Jn 13, 34 – 35) y debemos hacer nuestro esfuerzo por realizar en nuestras vidas de todos los días este mandato.
En el libro de los Hechos escuchamos que los Apóstoles “En cada comunidad designaban presbíteros, y con oraciones y ayunos los encomendaban al Señor, en quien habían creído”. Ellos tienen la misión de confirmar en la fe a los discípulos de Cristo, de administrar los sacramentos y hacer su esfuerzo efectivo para que se cumpla el mandamiento del amor que nos ha dejado el Señor.
Esta labor no es fácil, pero con la gracia de Dios y con las oraciones de los fieles es más llevadera esta misión. Son los sacerdotes necesarios para que la Iglesia viva esa triple comunión, y es misión de todos los fieles cuidar a sus sacerdotes, rezar por ellos y ayudarlos en la realización de la triple comunión en la fe, los sacramentos y en el amor.
Que Dios te bendiga.
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