Nuestra determinación de seguir a Jesús
Las lecturas de este domingo se sirven de imágenes que pueden enriquecernos en muchísimos aspectos. En el pasaje del Evangelio escuchamos la enseñanza de Nuestro Señor quién, con el lenguaje propio de su época, nos pide que tengamos determinación para seguirle.
Efectivamente, si prestamos atención, el Señor habla de preferirle a la familia, a tomar la cruz de cada día y a tener un amor especial hacia Él.
La primera imagen que utiliza el Maestro es la de no preferir a la familia por encima de Él. En algunas versiones se utiliza el verbo odiar. El Señor quiere ponernos en alerta para que los vínculos humanos no supongan un obstáculo para seguirle y cumplir su voluntad.
La segunda imagen que utiliza el Señor es la de tomar la cruz de cada día. Es una llamada de atención por parte del Maestro para que las injusticias a las que podemos estar sometidos, incluso de manera diaria, no impidan o entorpezcan la determinación de ser santos, cumpliendo su Palabra.
La tercera imagen que nos presenta el Señor es la de dar un valor relativo a los bienes materiales. El Maestro utiliza la imagen de la renuncia: significa que nuestro corazón tiene que verse libre de un apego a los bienes materiales sean estos propiedades, dinero, fama, poder, etc. De hecho, Jesús nos indica que es un asunto que tenemos que resolver antes de dar el sí. Es la figura que utiliza el Señor de sacar cuentas a la hora de hacer una torre o de enfrentar a un enemigo poderoso.
En definitiva, Nuestro Señor Jesucristo quiere ponernos en alerta sobre los múltiples peligros enemigos, obstáculos y dificultades para cumplir la voluntad de Dios que pueden presentarse en nuestra vida. Así que no debe extrañarnos si en algún momento de nuestra vida nos damos cuenta que nuestro seguimiento a Cristo tiene problemas.
Para mantenernos firmes en esa determinación de seguir a Jesucristo cumpliendo la voluntad de Dios es muy útil y necesario el discernimiento. El Papa Francisco ha hecho múltiples invitaciones a que los cristianos lo pongamos en práctica.
El discernimiento es reflexionar en la presencia de Dios con la ayuda del Espíritu Santo sobre lo que es bueno y necesario para nuestra vida cristiana. Esa es la actitud de la sabiduría que escuchamos en la primera lectura de nuestra misa de hoy.
Por eso, las lecturas de hoy nos invitan a estar atentos a esos peligros y obstáculos: Debemos mantenernos firmes en la determinación de seguir a Nuestro Señor. Para ello necesitaremos discernir los diferentes aspectos, momentos y eventos de nuestra vida.
Que Jesús nos bendiga hoy y
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