El discernimiento
El pasaje
del evangelio de hoy nos presenta unas imágenes del Reino de los cielos o Reino
de Dios, que es algo tan valioso que vale la pena dejar todo para formar parte
de él, como un tesoro escondido en un campo o una perla de gran valor.
A ese Reino estamos invitados
todos, pero al final, el Señor sabrá distinguir entre quienes forman
verdaderamente parte del Reino, porque hicieron su opción por él, y los que no
forman parte y nunca lo hicieron porque no supieron entregar su corazón a
Jesucristo. Tal como hace un pescador que separa los peces buenos de los peces
malos después de una gran pesca.
Los valores del Reino –la
enseñanza de Cristo Jesús– son eternos. No pasan. Están vigentes con el paso
del tiempo. Son principios que podemos y debemos aplicar en las diversas
circunstancias de la vida. Ese mensaje está en la Biblia, está en la tradición
que custodia la Iglesia desde hace unos dos mil años. Solo queda que cada uno
de nosotros acceda a ellos, los conozca, los asimile y los haga vida.
Ciertamente, para poder vivir el
mensaje de Cristo, hemos de actualizarlo permanentemente, para saber poder
aplicarlo en cada instante y así encontrar la alegría de vivir como Jesús
espera de nosotros. Salomón pidió sabiduría para saber regir a un pueblo
numeroso, como lo escuchamos en la primera lectura. Nosotros debemos saber
discernir cada situación de nuestra vida
a la luz de la Palabra.
Ese discernimiento solo será
posible si conocemos la inmensa riqueza de sabiduría que nos ha dejado el Señor
Jesús. Seremos como el padre de familia que va sacando de su tesoro cosas
nuevas y cosas antiguas. Valores y principios que, válidos con el paso del
tiempo, nos permiten aplicarlos en los casos concretos de nuestra vida.
Ese discernimiento, el saber
distinguir lo bueno de lo malo, solo será posible si accedemos al inmenso
tesoro que es Cristo Jesús, su vida y su mensaje. De lo contrario, seremos
necios dejando esa riqueza en el olvido, dejándonos llevar por cualquier
vientecillo de doctrina pasajera.
Por eso, para saber discernir: Conoce,
vive y ama a Jesucristo.
Comentarios
Publicar un comentario