REPARA EN LOS DETALLES…
Esta
parábola, que solo encontramos en el Evangelio según San Mateo, se refiere a la
segunda venida del Señor Jesús y la actitud que debemos tener los creyentes. No
obstante sea claro el mensaje del Señor, hay que tener por muy cierto que Jesús
no da puntadas sin hilos. Hay algunos detalles sobre los que quiero llamar tu
atención.
El
primer detalle es: se trata de una boda. Es una imagen festiva, de alegría, de
encuentro. El Señor Jesús usa en varias ocasiones la imagen de una boda y en el
libro del Apocalipsis se usa la figura de una boda (las bodas del Cordero) para
hablar de la instauración del Reino de Dios.
Segundo
detalle: el aceite. Es un producto normalmente de origen vegetal. Era
muy apreciado y tenía múltiples usos: para bendiciones y consagraciones; también
tenía uso medicinal y cosmético (para perfumes). También se usa para llenar las
lámparas que iluminan los hogares. El aceite, para algunos Santos Padres, es un
símbolo del corazón del hombre lleno de la Gracia y del amor de Cristo. (Por
eso es que las previsoras no comparten su aceite: el corazón es
intransferible).
Tercer
detalle: La luz. Las lámparas han de estar encendidas (una lámpara
apagada solo sirve de adorno). La luz es el testimonio que nace del corazón
lleno de la gracia y del amor de Cristo (Mt 5, 14–16)
Cuarto
detalle: “Estar con las lámparas encendidas” era una frase de uso
coloquial en esa época que quiere decir “estar siempre dispuesto” (Lc. 12,
35–36)
Quinto
detalle: A todas las jóvenes les dio sueño y se durmieron. Lo que significa
que por cansancio o por debilidad dejaron de estar atentas en la espera. Todas
sin distinción. Es interesante que el Señor indique este detalle porque quiere
señalar que todos, sin distinción, podemos en algún momento de nuestra vida
flaquear o apartarnos del camino. La diferencia entre ambas radica en que
cuando oyeron el llamado, las previsoras volvieron a la riqueza de su corazón
mientras que las necias no pudieron hacerlo.
Sexto detalle: El Señor fue muy claro y duro con las necias.
Las jóvenes formaban parte de la corte de la novia. De algún modo, el novio las
conocía, pero al no entrar con él a la fiesta de bodas, negó conocerlas y no
les permitió entrar. En todos nosotros tiene que existir la conciencia de que
Jesús es misericordioso, pero también es justo. Él perdona, sí, pero también exige
que tengamos un amor especial por Dios, sobre todas las cosas, y un amor
especial por los demás. Aceptarlo a Él significa apartarse del mal. Los que
viven tibios o con medias tintas recibirán este mensaje de Jesús: “No te
conozco”
¡Jesús
te bendiga!
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