¡Jesucristo es Rey!



                En la segunda lectura de hoy escuchamos un pasaje de la carta de San Pablo a los habitantes de Colosas en donde resume lo que la Iglesia ha profesado desde el inicio sobre Jesús, Nuestro Señor. Hay un par de versículos que son el fundamento de la entrega de nuestra a vida a la voluntad de Cristo: “Cristo es la imagen de Dios invisible, el primogénito de toda la creación, porque en él tienen su fundamento todas las cosas creadas, del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles, sin excluir a los tronos y dominaciones, a los principados y potestades. Todo fue creado por medio de él y para él”.
                Jesucristo, desde sus inicios, predicó el Reino. Un Reino tan especial que no es terreno (mi reino no es de este mundo, respondió a Pilatos), pero que comienza aquí en la tierra (el reino de Dios está en medio de ustedes) y tendrá su definitivo cumplimiento al fin de los tiempos (cuando venga el Hijo del hombre se sentará en su trono de gloria).
                Jesús es Rey del Universo, independientemente que sea reconocido o no. Ya San Pablo lo dice con claridad: Él es el primero en todo. Todas las cosas están bajo su dominio, esperando solo el final de los tiempos para su consumación definitiva. En esta tierra y en este momento los hombres y mujeres tienen la invitación del Señor a unirse a su reino. La pregunta esencial ahora sería: ¿Cómo me uno al Reino de Jesús en este momento?
                La respuesta es sencilla pero exigente: Reconocer a Jesús como el Señor de nuestras vidas. Esto implica el que lo aceptemos como Nuestro Salvador y el único camino que nos lleva a la salvación.  Implica también el que cumplamos su Voluntad salvadora y nos alejemos del pecado. Implica el que vivamos dentro de la comunidad de creyentes que ha fundado: la Iglesia.
                El llamado a formar parte del Reino es siempre vivo y actual. Queda solo de nuestra parte aceptarlo y entregar religiosamente nuestra vida a Él y hacer de Él nuestro Rey.
                Solo entonces podremos decir que Jesús es el Señor, el Rey del Universo y el Rey en mi vida.
Que el Señor, Rey de Reyes y Señor de los señores, nos bendiga. Que así sea.

Comentarios

Entradas populares de este blog

“Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc 23, 46)

¿Qué nos enseña el pasaje de la resurrección de Lázaro?

La segunda venida del Señor y el fin del mundo