Reflexiones sobre el sacerdocio 2
La condición humana es un requisito fundamental en el sacerdocio. Es un hecho innegable: “ Todo sumo sacerdote es un hombre escogido entre los hombres y está constituido para intervenir en favor de ellos ante Dios, para ofrecer dones y sacrificios por los pecados ” Es un absurdo la excusa de algunos de decir que no se debe aceptar a los sacerdotes porque son hombres como nosotros. ¡Al contrario! Es precisamente la condición necesaria porque su misión es representar a los hombres y servir a los hombres en las cosas que tienen que ver con Dios. En otras palabras, servir en el culto, en la liturgia. Es precisamente su condición humana la que le permite comprender las alegrías y las tristezas, las preocupaciones y las esperanzas, las virtudes y las debilidades de los hombres: “ puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades ” ¿Por qué confesar los pecados a un hombre? Porque puede comprendernos y porque puede darnos el perdón de Dios.