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Mostrando entradas de noviembre, 2011

¿Preparados?

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El inicio del Adviento nos trae una llamada de atención: hemos de estar preparados para recibir al Señor, pues no sabemos ni la hora ni el momento en el que llegará. Ciertamente que se trata de una venida al final de los tiempos. Pero, siendo el adviento un tiempo que nos permite prepararnos a la gran fiesta de la Navidad, esta llamada de atención es una oportunidad para centrar nuestro pensamiento y nuestra vida en lo esencial: la centralidad de la Persona de Jesús en nuestras vidas. Preparar la Navidad es ayudarnos a estar listos para recibir en todo momento al Señor, quien se manifiesta en su Palabra y de tantos modos. Sin embargo, podríamos dar la impresión de que nos hemos dejado ganar. Ya el mundo del consumismo y del materialismo hasta se nos ha adelantado desde hace varias semanas:

La venida de Cristo

Uno de los pilares de nuestra vida cristiana es la firme convicción de que Nuestro Señor Jesucristo vendrá a juzgar al mundo al final de los tiempos. Y eso lo decimos en el Credo. El tiempo de Adviento, que hoy iniciamos, es una ocasión que nos brinda la liturgia de la Iglesia para vivir en nuestra vida esta verdad de fe que profesamos. De hecho,  la palabra “adviento” viene del latín y significa “llegada”. La Iglesia trae a la vida del cristiano la noticia de la venida de Cristo con ocasión de la celebración de la primera venida de Cristo al mundo: su nacimiento en Belén. Lejos de pensar en el fin del mundo –que no sabemos cómo será ni cuando– la Iglesia invita a reflexionar: Este mundo es pasajero: nosotros estamos llamados a la morada eterna, sin embargo, no quiere decir que no debemos preocuparnos por la construcción de un mundo mejor. Todo lo contrario: Es el momento propio para poner en práctica todo lo que el Señor nos ha enseñado. Nosotros, los cristianos, estam

¿POR QUÉ TARDA EL PROCESO DE BEATIFICACION DEL DOCTOR JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ?

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Es una pregunta muy interesante, cuya respuesta, hecha con sinceridad, puede no ser del agrado de muchos. Personalmente, creo que el Dr. José Gregorio Hernández goza de una muy merecida fama de santidad pero la combinación de una serie de factores ha hecho que nuestro médico de los pobres haya sido privado de la gracia del honor de los altares. Haré una lista.

El Rey y Señor

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Una persona cuyo nombre no quiero acordarme mencionó que los fieles no saben lo que significa ser rey. No estoy de acuerdo. Hay títulos de Jesucristo que ciertamente son difíciles de entender porque son herencia cultural. El título de ‘Señor’ no significa lo del uso común, sino más bien al significado de ‘patrón’; y como éste podríamos decir de: “león de Judá”, “Hijo del hombre”, “Cordero de Dios”, “Emmanuel”, etc. Las dos figuras que las lecturas de la Misa nos presentan son perfectamente familiares: el Pastor y el Rey.

¡A producir los talentos!

                 El talento era una unidad monetaria que se usaba en la antigüedad. No era una moneda sino que era una medida para indicar un número de monedas o su equivalente en plata. Un talento equivalía a unos 32 kilos de plata. Todavía hoy sería bastante dinero.                 El uso de este término por parte del Señor en el Evangelio ha introducido un significado nuevo en el idioma: cuando hoy se habla de talento se refiere a las capacidades que muestra una persona para desarrollar una determinada actividad.

Para última hora... ¡no!

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Para el Evangelio de hoy, Nuestro Señor se sirve de una imagen que todavía se ve en algunos lugares de Tierra Santa: Un grupo de jóvenes acompañaban a la novia al encuentro con el novio. En este caso el novio tardaba y se quedaron dormidas. Ante el anuncio de la llegada del novio, cinco de ellas se dan cuenta que no tienen aceite suficiente en sus lámparas para acompañar al festín de bodas. Por indicación de las otras, salen a comprar a altas horas de la noche. El hecho es que cuando tuvieron listas se acercaron a la casa donde se celebraba el banquete. El ya esposo, señor de la casa, no les dejó entrar porque no entraron con él al banquete de bodas. Jesús, en su parábola, les da el título de previsoras y descuidadas. La actitud de ambas da pleno significado a estos títulos. El hecho es que ambos grupos son una imagen de las actitudes de los cristianos en esta tierra.