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Mostrando entradas de marzo, 2022

Rectificar nuestra manera de pensar

Hoy escuchamos en la Santa Misa tal vez la parábola del Señor más conocida: la parábola del hijo pródigo, o como se ha llamado también desde el 2015 en adelante: la parábola del padre amoroso o el padre misericordioso. Es tan hermosa y profunda esta parábola que pueden hacer múltiples reflexiones sobre ellas, todas válidas y todas provechosas. No obstante, quisiera compartir tres pequeñas ideas que nos pueden ayudar a purificar nuestra fe y a vivirla mejor. En primer término, el Señor relata esta parábola ante los fariseos y escribas que le criticaban que los pecadores se acercaban a Él. Hoy muchos católicos piensan de manera similar: creen que solo pueden acercarse al Maestro los puros e impecables. De esta manera cierran las puertas a la acción misericordiosa de Dios con los hombres. Como ha dicho el Señor en otra ocasión: “ No tienen necesidad de médicos los sanos, sino los enfermos ” (Mc 2, 17). Quienes de verdad necesitan acercarse más al Señor son los que están alejados. En e

Mientras respiremos...

 En este tercer domingo del camino cuaresmal, las lecturas de hoy nos presentan múltiples puntos de reflexión. Entre tantos, te presentaré uno. Al igual que los contemporáneos del Señor, a los cristianos del siglo presente se nos cruzan los cables y cambiamos el mensaje del Señor. De hecho, no es raro escuchar como creyentes (y no creyentes) estigmatizan a las personas negando cualquier posibilidad de cambio. También, aunque es raro, algunas personas cuando a alguien le ocurre alguna desgracia o algo malo dicen, en tono sarcástico, qué habrá hecho que Dios (la vida o el karma) lo ha castigado de esa manera. El hecho está en que ese modo de pensar, aunque pongan a Dios por el medio, no se corresponde con el pensar y el querer de Jesucristo. Todo creyente en Cristo Jesús debe tener claro –clarísimo– que el amor de Dios por lo hombres es tan grande que siempre está dispuesto al perdón y a la reconciliación. Jesús siempre nos brinda la oportunidad de conversión. Y así comienza el Señor su

Aprender a ver más allá

El Evangelio de la Santa Misa de hoy nos presenta el pasaje de la transfiguración del Señor (Lc 9, 28b-36). En la primera lectura, escuchamos el pasaje, hermoso por demás, del diálogo de Abram con Yahweh en el que Dios le hace saber que su descendencia heredará la tierra santa (Gn 15, 5-12. 17-18). Ambos relatos tienen un punto en común: son una invitación a ver más allá de la simple percepción o interpretación humana. Abram obtiene la certeza de la promesa de Dios, los apóstoles la certeza de la divinidad de Jesucristo. Los seres humanos somos complicados y tendemos a desfigurar la realidad para favorecer intereses propios o ajenos.  En el caso concreto de nuestro Señor Jesucristo, ha habido muchísimos intentos a lo largo de la historia por desfigurar la persona de Cristo, en algunos casos, con buena intensión. Se le llama amigo, compañero de camino, el primer comunista, el revolucionario, etc. Todos esos apelativos tienen como objetivo desfigurar a Jesucristo. En el pasaje de la Tran

La experiencia de ser tentados

🟣 El Evangelio de la Santa Misa del primer domingo de cuaresma nos narra el episodio de la vida del Señor que conocemos como las tentaciones en el desierto. Sobre este pasaje podemos hacer las siguientes reflexiones: 1️⃣ No estamos exentos de ser tentados. El mundo, el demonio y la carne van a tratar de apartar de Jesucristo el corazón de los creyentes. Y no debe resultarnos extraño. El objetivo es ése: que cada hombre se aleje de Jesucristo. 2️⃣ El demonio, con tal de apartarnos de Cristo, se sirve de lo que sea, incluso de la misma Palabra de Dios. Efectivamente, escuchamos en el Evangelio como el demonio cita la Sagrada Escritura para hacer fracasar a Jesucristo en su misión. 3️⃣ Las tentaciones del demonio pueden centrarse en las necesidades materiales. Y así, vamos a encontrarnos personas que van a poner los valores espirituales en un segundo lugar. No hay duda que algunas cosas materiales resultan necesarias, pero la necesidad de ellas no debe ser una razón para olvidarnos de Di