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Mostrando entradas de abril, 2020

Jesús en nuestro camino

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Este pasaje tuvimos ya oportunidad de escucharlo en la semana de Pascua. La riqueza de este pasaje no se agota en la reflexión de ese momento. Hoy te ofrecemos otra. Debemos antes prestar atención a dos detalles. En primer lugar, los discípulos van de camino. Dice el pasaje qué iban desde Jerusalén hasta una aldea cercana llamada Emaús. En segundo lugar, los discípulos iban tristes. Estaban experimentando una serie de sentimientos encontrados al haber presenciado la muerte del Maestro. Durante el camino a Emaús fueron cambiando los sentimientos de manera evidente. Los discípulos iban de camino . No es extraño que el símil más usado para referirse a la vida sea andar por un camino. Nuestra vida va llena de diferentes momentos, diferentes experiencias, altibajos de emociones. Todos podemos experimentar esas cosas. La diferencia es como cada uno afronta e interpreta los diferentes momentos de la existencia. La adversidad puede ser vista como un sinsentido, o como un aprendizaje,

Domingo de la Divina Misericordia

Desde el año 2000, por decisión del San Juan Pablo II, el segundo domingo de Pascua es llamado Domingo de la Divina Misericordia. Desde siempre hemos escuchado que Dios es misericordioso, que en las Bienaventuranzas el Señor nos dicen que serán felices los misericordiosos porque alcanzarán misericordia. Sin embargo, ¿alguna vez nos hemos preguntado que es, en realidad, misericordia? Para decirlo pronto: en la Biblia “misericordia” es el amor hacia los que se encuentran desvalidos y lejos de Dios. Amor y misericordia no son antagónicos; misericordia es amor en acción . Es por eso que Dios es misericordioso: porque muestra su favor al desvalido y está siempre dispuesto a perdonar cuando el hombre se muestra arrepentido. Ya lo escuchamos en la segunda lectura: Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, por su gran misericordia (1Pe 1, 3) En el Evangelio según San Lucas está el mandato de Jesús de ser misericordiosos como el Padre Celestial es misericordios

La Pascua del Señor

La Pascua era la principal fiesta religiosa y nacional del pueblo de Israel. La Pascua nace con la intervención de un hecho extraordinario por parte de Dios y por la obediencia del pueblo de Israel a un ritual que Dios le ordenó. Debían matar un cordero o un cabrito, con la sangre pintar los dinteles de la puerta y comer todos juntos el cordero o el cabrito con pan ázimo y hierbas amargas (Ex 12, 1 – 14). Ese mismo rito deben repetirlo todos los años. No solo repetirlo. Deben revivirlo. El más joven de la casa debe preguntar al jefe de familia por qué hacen eso. El jefe de familia responderá: es la Pascua del Señor (Ex 12, 25 – 28). Ese día marcó para el pueblo de Israel la victoria de Dios sobre el enemigo. Y por eso lo revivían todos los años. Era para ellos un Memorial. Con la resurrección de Cristo se marca también la victoria definitiva sobre el pecado, sobre la muerte y sobre el demonio. Por esto, esta noche, en la que todos los creyentes celebramos la victoria de Cristo co

El día de lo incomprensible

A los ojos de cualquier persona, lo que nosotros contemplamos en el día de hoy, no es fácil de comprender. A los ojos del mundo, lo que los cristianos meditamos y contemplamos en el día de hoy, resulta un absurdo (1Co 1, 20 – 25). ¿Qué vemos hoy? Vemos la triste historia de un hombre vendido por un amigo, sometido a un juicio injusto que lo condena a la más cruel de las muertes conocida hasta entonces. Vemos a un hombre para quien la turba pidió su muerte. Vemos a un gobernante que se lavó las manos sabiendo que la muerte era injusta. Vemos a un hombre sometido a una tortura cruel. Vemos a un hombre padeciendo las burlas de sus enemigos y sufriendo un dolor absurdo, sin sentido. Para los ojos del mundo, es la historia de un fracasado. La historia de un hombre que cinco días antes había sido aclamado rey y que no supo manejar esa situación social. Para los ojos del mundo, es la escenificación del fracaso de dejar guiar la vida en la recta obediencia de los mandamientos de Dio

El problema es saber qué es amar...

En más de una ocasión nos habremos encontrado en alguna situación en la que alguien nos habla de algo y no sabemos a lo que se refiere. Cuando preguntamos ¿qué cosa es? y nos dicen: tal cosa , caemos en la cuenta y decimos: No sabía que se llamaba así, lo conocía por otro nombre . Eso es un fenómeno lingüístico llamado polisemia : referir a una misma realidad diversos nombres. También puede ocurrir que usemos una misma palabra para referirnos a muchas cosas. En cualquier caso, trae el peligro de no saber qué es lo que hablamos o no saber qué son realmente las cosas. Y algo similar pasa con el amar. Se ha aplicado a tantas cosas el término amar que en la mente de la inmensa mayoría no se sabe a ciencia cierta qué es. Amar no es un sentimiento . Los sentimientos son pasajeros. El amor dura para siempre (1Cor 13,8). Amor no es sexo . Las relaciones sexuales deben ser expresión del amor, no de la rienda suelta de los instintos. Con el tiempo la capacidad de mantener relacion