La inmensa riqueza de la Palabra
En el Evangelio de hoy escuchamos como Cleofás y con otro discípulo, después de reconocer a Jesús, dijeron: ¡Con razón nuestro corazón ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras! De igual manera, San Pedro en el discurso que escuchamos en la primera lectura, cita la Sagrada Escritura. Es un elemento necesario en nuestra vida como creyentes. No debemos olvidar que la Biblia, la Sagrada Escritura o la Palabra de Dios escrita es una fuente inagotable de riqueza. En la intensión de Dios de revelarse, inicialmente la Palabra de Dios se transmitía de manera oral. Es muy común leer en el Antiguo Testamento la frase “ como el Señor dijo a nuestros padres ”. Con el paso del tiempo, Dios escogió e inspiró a algunos hombres para que pusieran parte de ese mensaje por escrito. Es así como nace la Sagrada Escritura. En ella no solo se narra el designio y la historia de la salvación, sino que también encontramos enseñanzas y palabras que nos ayudan en nuestra vid