Un nuevo pentecostés



La presencia del Espíritu Santo en la Iglesia ha sido llamada por muchos santos y por el Papa Francisco recientemente, como el gran desconocido. La razón es sencilla: la misión del Espíritu Santo es silente. El obra la santificación de la Iglesia y la santificación en nosotros, tal como lo escuchamos en la segunda lectura de la Misa de hoy.
Esa es la razón por la que el Espíritu Santo llama a algunos varones a ser sacerdotes o a la vida religiosa. A algunas mujeres las llama a la vida religiosa. A otros, a la inmensa mayoría, los llama a santificar el mundo. A todos nos da dones para que ayudemos a edificar la Iglesia de Cristo. Así lo escuchamos en la segunda lectura de nuestra Misa de hoy:
Hay diferentes dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diferentes servicios, pero el Señor es el mismo. Hay diferentes actividades, pero Dios, que hace todo en todos, es el mismo. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común
Asi lo ha hecho el Espíritu Santo desde Pentecostés. Hoy resulta que en la realidad de La Guaira el Espíritu no da más frutos porque los laicos y los sacerdotes ponen peros. Dos fundamentalmente: el miedo y la pereza.
Hoy el Obispo de La Guaira quiere un nuevo pentecostés para la Diócesis. y el obstáculo hoy es el mismo. En esta fiesta de Pentecostés examinemosnos para qué obstáculos pongo a este nuevo pentecostés en La Guaira.
Bendiciones para todos.

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