La diversidad en el testimonio
En las lecturas de hoy encontramos dos situaciones muy similares. Josué le pide a Moisés que prohíba a Eldad y Medad que profeticen, y Juan dice a Jesús que prohibieron a una persona expulsar demonios en nombre del Señor. En ambos casos, la respuesta fue un no razonado. Moisés invita a Josué a purificar las intensiones: No se va aponer celoso, antes bien, expresa el deseo de “ ojalá que todo el pueblo de Dios fuera profeta y descendiera sobre todos ellos el espíritu del Señor ”. Jesús le dice a Juan: “ No se lo prohíban, porque no hay ninguno que haga milagros en mi nombre, que luego sea capaz de hablar mal de mí ”. Todos estamos llamados a dar nuestro testimonio como creyentes. Ahora, no todos estamos llamados a hacerlo del mismo modo. En la Iglesia, el Espíritu Santo ha suscitado diversidad de modos, no solo como sacerdote o religioso, sino en una multiplicidad de caminos de espiritualidad. En cualquier caso, el discípulo de Cristo debe ser consciente de que no debe ser oc