No esperes algo extraordinario
Las lecturas de la Santa Misa de hoy nos dan muchísimos puntos para reflexionar. Me permitiré detenerme en dos. En la primera lectura, del profeta Amós (6, 1a. 4-7), el profeta denuncia con un lenguaje directo lo que en teología se llama la hipocresía religiosa. Hace una fuerte crítica de aquellas personas que se dedican a prácticas que no son consecuentes con el mensaje del Evangelio y que pregonan que ellos son los que cumplen la voluntad de Dios. En otras palabras, llevan una vida disoluta y se presentan ante todo el mundo como si fuesen ellos los perfectos seguidores de Cristo. La gran maldad de la hipocresía religiosa es que se aparta de aquella indicación del Señor de "amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo". El hipócrita religioso solo se busca a sí mismo, Y como dice el profeta: " no se preocupan por las desgracias de sus hermanos ". El Evangelio (Lc 16, 19-31) que escuchamos hoy es la parábola conocida como el rico Epulón y el po...