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Mostrando entradas de septiembre, 2022

"Murió el rico y lo enterraron"

Los dos personajes de la narración representan dos situaciones diametralmente opuestas: la situación acomodada del rico y la incómoda situación del pobre. El rico aparece aquí como un hombre cuyo ideal consiste en disfrutar de todo sin tener en cuenta a nadie. Lázaro es el pobre a quien el rico ha olvidado, pero de quien Dios sí se acuerda. Lo que ciertamente no recibía Lázaro era la menor prueba de un amor humano. Lo que el rico le negaba al pobre Lázaro se lo concedían, a su manera, aquellos perros que venían a lamerle las llagas. Abraham no atiende la súplica del rico y le hace ver que la diferencia entre su estado y el de Lázaro es una exigencia de la divina justicia. Tampoco serviría enviar un mensaje a sus parientes para advertirles del peligro que corrían, pues el que no escucha a los profetas, tampoco escucha, aunque le hable un muerto resucitado. Muchos vieron los milagros de Jesús y, sin embargo, no creyeron en él. No debemos reducir la enseñanza de esta narración ejemplar a

Lo material tiene una importancia relativa

Las lecturas de este domingo nos invitan a considerar un aspecto importante de nuestra vida. Las cosas materiales tienen una importancia relativa: son necesarios, pero de ninguna manera son lo más importante. En la primera lectura, el profeta Amós (8, 4-7) hace una denuncia dura y mordaz contra aquellas personas que tienen como objetivo en su vida obtener el mayor provecho económico incluso aprovechándose de la necesidad del prójimo. Como podemos apreciar, la humanidad no ha cambiado mucho. De igual manera, escuchamos en el Evangelio como el Maestro quiere ponernos en alerta de que no es compatible la búsqueda incontrolada de dinero con servir al Señor con todo el corazón. De hecho, el Señor expresa el aforismo " nadie puede servir a dos señores. nadie puede servir a Dios y al dinero " (Lc 16, 13). No cabe la menor duda de que los bienes materiales, también el dinero, son necesarios para la vida de cada hombre. Nuestra condición humana es también material y por ello nec

Aprender de María

Hoy en Venezuela celebramos la Solemnidad de nuestra Santa patrona: Nuestra Señora de Coromoto. El pasaje del Evangelio que escuchamos en nuestra Santa Misa de hoy (Lc 2, 15-19) termina como una virtud de María: meditar todas las cosas en el corazón. Al igual que nuestra Santa Madre, todos nosotros tenemos la experiencia de diferentes eventos a lo largo del día y de nuestra vida. No siempre tenemos la disposición de detenernos a reflexionar cómo podemos nosotros asimilar esos eventos. Muchas de esas experiencias nos afectan en mayor o en menor medida. A veces nos roban la paz del alma. Podemos correr el riesgo de vivir solo de impulsos o de reacciones momentáneas que no van precedidos de una adecuada reflexión. Nosotros como creyentes no podemos dejar de lado el hecho de que todo lo que ocurre en nuestra vida ocurre para nuestro bien (Ron 8, 28). Si ante un evento difícil o duro no podemos percibir la parte buena, es un indicativo de que es necesario que nosotros nos pongamos

Nuestra determinación de seguir a Jesús

 Las lecturas de este domingo se sirven de imágenes que pueden enriquecernos en muchísimos aspectos. En el pasaje del Evangelio escuchamos la enseñanza de Nuestro Señor quién, con el lenguaje propio de su época, nos pide que tengamos determinación para seguirle. Efectivamente, si prestamos atención, el Señor habla de preferirle a la familia, a tomar la cruz de cada día y a tener un amor especial hacia Él. La primera imagen que utiliza el Maestro es la de no preferir a la familia por encima de Él. En algunas versiones se utiliza el verbo odiar. El Señor quiere ponernos en alerta para que los vínculos humanos no supongan un obstáculo para seguirle y cumplir su voluntad. La segunda imagen que utiliza el Señor es la de tomar la cruz de cada día. Es una llamada de atención por parte del Maestro para que las injusticias a las que podemos estar sometidos, incluso de manera diaria, no impidan o entorpezcan la determinación de ser santos, cumpliendo su Palabra. La tercera imagen que nos present