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Mostrando entradas de enero, 2020

Seguimos a Cristo Jesús

Lo que define al cristiano es seguidor de Cristo Jesús en la Iglesia. Y esto es definitivo y no admite ningún tipo de discusión. - Ciertamente el Señor se sirve de mediaciones humanas: se sirve de hombres y mujeres para hacer llegar su mensaje, para dispensar su gracia y los dones de la salvación. No cabe duda: Dios lo ha querido así. Si recordamos el pasaje del pobre Lázaro y el Rico, éste último, estando en el infierno le pide a Abrahán que mande a Lázaro a la tierra para que convierta a sus hermanos para que no vayan al infierno. Abrahán responde: Tienen a Moisés y a los profetas (Lc 16, 29) No puede ser más elocuente: Ya Dios se sirve de seres humanos para invitar a la conversión. - También es verdad que de los hombres que Dios llama, hay algunos que resultan instrumentos más eficaces y otros menos. Eso no es excusa ni tampoco da pie a que los cristianos sigan a seres humanos. Mal signo sería que algún fiel cristiano dijera que solo cree al sacerdote tal o la hermana cua

El pase de testigo

En las olimpiadas hay una competencia que se llama “carrera de relevos”. cuatro corredores recorren una misma distancia pasándose un tubo largo llamado “ testigo ”. Cada corredor debe poner en mano del siguiente corredor el testigo. La vida de la Iglesia es como una carrera de relevos, solo que no todos corren una distancia igual. Sin embargo, todos deben entregar lo mismo a los siguientes: Cristo Jesús. Ya desde el Antiguo Testamento Dios había determinado que Israel debería ser luz de las naciones para que la salvación alcanzara hasta los últimos rincones de la tierra. El Pueblo de Dios debía iluminar, dar luz a todos los pueblos: dar a conocer al amor de Dios a los hombres, el amor que salva: el Mesías, Cristo Jesús (Is 49, 3 - 6). En el Evangelio es notoria la actitud de Juan Bautista: “ yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios ” (Jn 1, 34). Está hablando de Cristo Jesús, su pariente. Juan Bautista gozaba de una gran ascendencia sobre el Pueblo

Cuando Dios se hace uno como nosotros

La Iglesia nos enseña que el mensaje de salvación que Cristo nos trae, se realizó mediante palabras y gestos. Este pasaje del bautismo del Señor es uno de esos tantos episodios en los que el Señor nos dice más que las palabras. - Lo primero que debemos tener en cuenta es que el bautismo de Juan no es el sacramento del Bautismo que fue instituido por el Señor. Es un bautismo diferente, de hecho, San Pablo cuando llegó a Éfeso se encontró con unos discípulos. Al hablarles del Espíritu Santo, los discípulos le manifiestan que no han oído hablar de Él. San Pablo le pregunta qué bautismo han recibido y ellos le dicen “el bautismo de Juan”. San Pablo les aclara: “ Juan bautizaba con miras a un cambio de vida y pedía que creyeran en Jesús ” (Hech. 19, 4). Efectivamente, el mismo Juan dice: “ Yo los bautizo en el agua en señal conversión. Pero después de mí viene uno con más poder que yo… y él los bautizará en el Espíritu Santo y fuego ” (Mt. 3, 11; Lc. 3, 16) Lucas dice también: “ Juan em