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Mostrando entradas de febrero, 2015

EL COMPROMISO DE VIVIR CON UNA BUENA CONCIENCIA ANTE DIOS

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En la segunda lectura de la Santa Misa de hoy san Pablo cita el diluvio universal, cuyo final escuchamos en la primera lectura. San Pablo se refiere al agua del diluvio como “ figura del bautismo, que ahora los salva a ustedes ”. Al mismo tiempo, el Apóstol se refiere al significado del bautismo: “ no consiste en quitar la inmundicia corporal, sino en el compromiso de vivir con una buena conciencia ante Dios ”. El bautismo, hecho importante en la vida de cada uno de nosotros, marca un final y un inicio. Marca el final de una vida separada de Dios, donde dominaban otros criterios mundanos, donde reinaba el egoísmo, la avaricia, la lujuria. Marca el final de una vida encadenada, dominada por el pecado, de alegrías pasajeras. El bautismo marca un inicio: de una vida vivida rectamente delante de Dios, de saber y tener al Señor presente en todo momento, de hacer todo para la gloria de Dios. Marca una vida de liberación y de salvación, de felicidad plena. Probablemente muchos po

EL SENTIDO DE LA SANACIÓN

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En muchas ocasiones habremos escuchado decir que existen oraciones de sanación, o celebraciones de la Santa Misa de sanación. Siempre existe el riesgo de distorsionar el auténtico sentido de la sanación. En el imaginario de muchos fieles la palabra “sanación” significa únicamente el acto por medio del cual el Señor devuelve la salud corporal a una persona que se encuentra enferma. Aún cuando sea cierto el hecho, la sanación va mucho más allá: es recuperar la salud espiritual. No olvides que el Señor, en mucho de sus milagros, perseguía que las personas reorientaran sus vidas a Dios Padre. Al paralítico lo primero que le dice es “ tus pecados son perdonados ” (Mt 9, 2) Cuando diez leprosos pidieron que los curase, solo uno, samaritano, se acercó a dar gracias. El Señor se mostró dolido. A ése le dice: “ Tú fe te ha salvado ” (Lc 17, 19). Lo más importante no es la salud corporal sino la espiritual. Cuando se recuperan una y otra por la gracia del Señor Jesús, enton

TODO PARA LA GLORIA DE DIOS

En la segunda lectura de la Misa de hoy escuchamos un pasaje de la primera carta a los corintios en donde San Pablo resume con pluma magistral la máxima que debe dirigir el vivir del cristiano: “ Todo lo que hagan ustedes, sea comer, o beber, o cualquier otra cosa, háganlo todo para gloria de Dios ” (1Co 10, 31). En múltiples ocasiones habremos escuchado la frase “Reino de Dios” o “Reinado de Cristo”. Casi a diario llamamos a Jesús El Señor. Y todas esas frases significan lo mismo: Jesús debe reinar en nuestra vida. No sólo significa el hecho de ordenar nuestra vida según las enseñanzas del Evangelio de Cristo Jesús, sino que también debemos darle un valor o un sentido eterno a todo lo que hacemos. De la misma manera que Cristo Jesús ofreció todo lo que hacía al Padre, incluso, ofreció su propia vida a Dios Padre por nosotros y para nuestra salvación, nosotros debemos ofrecer todo lo que hacemos e inclusive nuestra propia vida a Dios Padre con el mismo espíritu de Cristo.

No es suficiente decir que se cree en Dios

Ya hemos escuchado decir en múltiples ocasiones a personas que, sin ningún tipo de vergüenza en mostrar su ignorancia, dicen que todas las religiones son iguales porque creen en el mismo Dios. El Señor les perdone semejante ignorancia. También habremos escuchado decir, excusando tal vez porque son amigos o familiares nuestros, que los santeros, paleros o brujos no son malos porque creen en Dios. El Señor les perdone semejante ignorancia. Ya desde los inicios de la fe cristiana aparecieron los mediocres que intentaron distorsionar el mensaje de Jesús. Santiago fue un campeón: « "Muéstrame, si puedes, tu fe sin las obras. Yo, en cambio, por medio de las obras, te demostraré mi fe" ¿Tú crees que hay un solo Dios? Haces bien. Los demonios también creen, y sin embargo, tiemblan » (St 2, 18-19). San Juan, en sus cartas, conmina a los creyentes a demostrar su fe de la única manera correcta: cumpliendo los mandamientos en el amor: “ La señal de que lo conocemos, es que