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Mostrando entradas de diciembre, 2012

Eliminar distorsiones

Nunca antes se había hablado tanto de la familia y su importancia. De igual manera, nunca se ha atacado a la familia como institución natural querida por Dios. Hoy se ataca a la institución familiar desde muchos ámbitos. El primer centro de ataques radica en su origen: en el matrimonio. Se pretende equiparar la institución matrimonial con caprichos depravados (uniones homosexuales) o con uniones libres del compromiso que nace del amor (concubinatos, uniones libres, etc). La Iglesia se ha opuesto y se opondrá en su Magisterio porque este tipo de vida es contrario a la Voluntad originaria de Dios. La Iglesia, como institución, no se debe a la opinión pública sino a la fidelidad a Cristo Jesús y su mensaje de salvación. Otro de los enemigos que tiene la familia es la falta de criterio en la educación de los hijos. Hoy se pretende sustraer la responsabilidad de la familia sobre la escuela para trasladarla a otro ente meramente político. Y eso no está bien porque la educación d

¡Que la paz de Dios te guarde!

En la segunda lectura de la Misa escuchamos: “ No se inquieten por nada; más bien presenten en toda ocasión sus peticiones a Dios en la oración y la súplica, llenos de gratitud. Y que la paz de Dios, que sobrepasa toda inteligencia, custodie sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús ”. No se inquieten por nada : Date cuenta que no vale la pena llenarte de preocupaciones por las cosas materiales. Es cierto que las necesitamos para vivir, y vivir bien. Sin embargo, no deben ser ellas el centro de nuestra vida. De lo contrario ocurren distorsiones. Debemos vivir desprendidos. De hecho, ése es el consejo de Juan el Bautista que escuchamos en el Evangelio de hoy: ¿Te sobra? Da. No cobres más de lo que debes, no extorsiones a nadie… Y ese aviso es válido también en este tiempo de adviento: la Navidad no es botar dinero sin sentido, es celebrar con alegría el nacimiento del Niño Dios. Más bien presenten en toda ocasión sus peticiones a Dios en la oración y la súpli

No hay amor sin fruto

En múltiples ocasiones hemos escuchado aquel refrán que dice: “Obras son amores y no buenas razones”. Y eso es cierto también en la vida espiritual. Así lo escuchamos en la segunda lectura de la Misa de hoy (Fil 1, 4-6. 8-11). Que el amor de Cristo Jesús siga creciendo más y más : Desde el momento de nuestro bautismo fuimos configurados en Cristo (Gal 3,27), es decir, que ahora somos miembros de Cristo Jesús. Debemos ser su imagen. En nosotros debemos tener los mismos sentimientos de Cristo, su mismo amor (Fil 2, 5). Ese amor que llevó siempre a Jesús a hacer todo para agradar al Padre, a buscar el bien de los hermanos (en orden material y espiritual) hasta llegar al extremo de dar su propia vida por todos los hombres. Debemos dejar que ese amor de Cristo crezca en nosotros, ser cada vez más imagen de Jesús. Se traduzca en un mayor conocimiento y sensibilidad espiritual : Es la condición y la consecuencia necesarias. Si quiero dejar que el amor de Cristo crezca en mí debo cono

¡Maranathá! ¡Ven, Señor Jesús!

La Iglesia desde siempre ha anunciado que el Señor vendrá por segunda vez. Forma parte de nuestra, de hecho, en el Credo recitamos: “ y desde allí (de la derecha del Padre) ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos ”. Y esto es un hecho que anunciamos y pedimos con frecuencia: en el Padrenuestro decimos “ venga tu Reino ”. En la Santa Misa, en la aclamación después de la Consagración decimos: “ Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven, Señor Jesús ”, o también: “ Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas ”. Después del rezo del Padrenuestro en la Misa, el sacerdote se dirige a Dios Padre con estas palabras: “ Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros dias, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo ”. El tiempo de Adviento es particular