La parábola de los dos hijos
El pasaje del Evangelio de este domingo tiene una profundidad particular. Es conocido como la parábola de los dos hijos. En primer plano, la parábola va dirigida a los Sacerdotes y a los ancianos del pueblo. Ellos presumían de no tener pecado y esa soberbia cerraba el corazón a cualquier invitación a la conversión, por ejemplo, la que hizo Juan el Bautista. En cambio, otros personajes de Israel sí atendieron el llamado de Juan. En un plano más profundo, hay una sicología muy particular. Sin desvirtuar la Palabra del Señor, toma en consideración estos detalles: 1) Son dos hijos. Uno dijo “no” pero terminó obedeciendo y el otro dijo “sí” pero no obedeció. La pregunta de Jesús es quién cumplió verdaderamente la voluntad del papá. 2) La imagen del hijo obediente, el Señor la atribuye a los sacerdotes y ancianos. Les reprocha el que habiendo oído el mensaje de Juan, no aceptaron la invitación a cambiar de vida. 3) ¿Cuál es la razón por la cual no aceptaron la invitación a la co