No hay que temer a la contrariedad
Las lecturas de este domingo nos invitan a reflexionar sobre el fin de los tiempos, y sobre una serie de eventos que han de ocurrir antes del fin (lo que no significa que el fin vendrá inmediatamente). El Maestro comienza haciendo una profecía (que aún hoy se cumple) sobre la destrucción del Templo de Jerusalén, y a partir de allí hace una serie de anuncios sobre lo que sobreviene a la Iglesia incluso hoy: falsos profetas, guerras, revoluciones, epidemias y hambre; persecuciones y traiciones. Todo eso ha de ocurrir antes del final de los tiempos. Cristo Jesús nos invita a no sucumbir ante la contrariedad. No podemos distorsionar la realidad echando la culpa a Dios de los males del mundo, cuando esos males tienen autores humanos y responsables humanos. No podemos ser unos canallas poniendo eso como la excusa para dejar de seguir a Jesucristo o renegar de Dios mismo. El Señor nos advierte que esas cosas tienen que ocurrir, ya estamos advertidos. Los falsos profetas también están a ...