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Mostrando entradas de junio, 2025

No hay santo sin pasado ni pecador sin futuro

 Hoy que el día del Señor coincide con la celebración de la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, se nos presenta la oportunidad inmejorable de reflexionar sobre un defecto que se ha introducido en el imaginario de los fieles cristianos. Muchos hermanos nuestros piensan, erróneamente, que para acercarse al Señor y formar parte de la Iglesia peregrina hay que ser puros e inmaculados desde el vientre de la madre (o algo así). Y habrá que repetir, como en su momento dijo el Papa Francisco, que en la Iglesia hay lugar para todos. La solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo nos ofrece la oportunidad de rectificar ese pensamiento erróneo. La Sagrada Escritura da razón de que las hoy columnas de la Iglesia tuvieron un pasado nocivo. San Pedro era un sujeto iracundo y apasionado. Fue de los primeros seguidores de Jesucristo, pero desconfió a la hora de caminar sobre el mar, quiso apartarlo de su misión a tal punto de que el Señor le llamó Satanás, le cortó una oreja a u...

Responsables de la tradición

  Hoy que celebramos la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo – Corpus Christi – es obligatorio recordar nuestra fe en la presencia real de Jesús en la Eucaristía. La Iglesia, desde siempre, ha creído firmemente que, después de las palabras de la consagración por el sacerdote sobre las especies de pan y vino, Nuestro Señor Jesucristo se hace presente con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. San Pablo da testimonio de que lo que hoy llamamos la Santa Misa tiene su origen en el mismo Jesucristo, en su última cena pascual con los discípulos: “Yo recibí del Señor lo mismo que les he transmitido” (1Co 11, 23). Y el contenido de la fe, de nuestra fe, se transmite de generación y es la comunidad de creyentes la responsable de transmitir lo que hemos recibido. Eso se llama tradición. Quiero precisar un poco más: no solo es la Iglesia como institución, sino también la Iglesia como comunidad de fieles. Y es en este sentido en el que podemos afirmar que todos los creyentes somos res...

Domingo de la Santísima Trinidad

El domingo siguiente a la solemnidad de Pentecostés la Iglesia celebra el domingo de la Santísima Trinidad. Es un domingo especial para renovar nuestra fe en el proyecto de salvación que Dios tiene para nosotros. No es del todo fácil entender la historia de la salvación. De hecho, es muy fácil distorsionarla. Cualquier persona puede decir que Dios es un ser malvado por crear un hombre, permitirle hacer caer en la tentación que conlleva una vida cargada de sufrimientos y de males producidos por otros.  ese razonamiento pernicioso lo puede decir un hombre que no tiene fe y que no conoce bien el mensaje de salvación. No es cierto que Dios hizo al hombre para después castigarlo. Eso sería ignorar el bien más grande que nos ha dado Dios como ser humano: la libertad. Si Dios nos hubiese creado autómatas, entonces no tendríamos ningún mérito. Seríamos como unos juguetes. En realidad, somos el fruto del amor de Dios. Dios nos ha creado porque nos ama y porque quiere que cada uno de n...