A buscar lo que estaba perdido
Las lecturas de la Santa Misa de hoy nos ofrecen una riqueza particular. Quisiera compartir con todos cuatro reflexiones que me llaman la atención particularmente: 1° El amor del Señor, en especial, hacia los más necesitados corporal o espiritualmente. Que el Señor nos ama es una vedad incontrovertible y así nos lo recuerda la primera lectura de la Misa: “Porque tú amas todo cuanto existe y no aborreces nada de lo que has hecho”. Es una verdad que olvidamos con mucha frecuencia, y que debemos meditarla, asimilarla y sentirla todos los días de nuestra vida. Ese amor, El Señor Jesús lo demuestra con mayor fuerza en los que están necesitados. La necesidad no es solo material, aunque es la más llamativa y la que más salta a nuestros ojos. Y es imperioso para el cristiano aliviar el mal de los hermanos. Pero hay un mal mayor y más pernicioso: el pecado. Todo creyente sabe que el Señor Jesús murió por nuestros pecados y que el Señor no quiere la muerte del pecador sino que se co