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Mostrando entradas de enero, 2015

Dios nos llama y lo hacemos por Él

En el evangelio de la Santa Misa de hoy escuchamos las primeras llamadas a seguir al Señor. Dos pares de hermanos, para más señas. Y eso nos lleva, casi necesariamente, a reflexionar sobre la vocación al sacerdocio. Los sacerdotes en el mundo no somos muchos. Somos casi 500.000 (para mil millones de católicos o siete mil millones de personas que vivimos en el mundo) y somos amados, ignorados y odiados. Amados por quienes reconocen que la fuerza de la acción que ellos realizan viene de Jesús, el Sumo y Eterno Sacerdote. Ignorados por un buen número de personas que les da igual quienes seamos. Odiados por razones ideológicas: no están de acuerdo con la religión, o por razones políticas, o porque la Iglesia se opone a un determinada ideología. ¡Y éstos hacen bulla! El resultado de todo esto es que muchos jóvenes hoy no se plantean como proyecto de vida el ser sacerdotes. Y es una lástima. La vocación (cualquiera que ella sea) llena los anhelos de la vida. Un docente que lo

GLORIFIQUEN, PUES, A DIOS CON EL CUERPO

En la segunda lectura de la Misa de hoy, escuchamos un extracto de la primera carta a los Corintios. Corinto, en la época de San Pablo, era una ciudad puerto, y allí había cualquier cantidad de malos hábitos. San Pablo era un hombre “echao pa’ lante” y no tenía miedo de predicar a Cristo aún en los ambientes más rudos. Allí es donde se debe mostrar más el amor de Cristo Jesús. El mensaje de conversión era uno de los elementos del primer anuncio: “Ustedes no conocieron a Cristo para vivir entregados al vicio” (Ef 4, 20) No obstante hayan recibido el mensaje de salvación, algunos cristianos de Corinto habían vuelto a sus antiguas prácticas y Pablo les recuerda el mensaje del Evangelio: Todos ustedes son de Cristo Jesús, no usen su cuerpo para fornicar. Para entendernos bien: fornicar es cualquier relación sexual fuera del matrimonio. Las cosas no han cambiado mucho en dos mil años: hoy el mundo está inmerso en una cultura del sexo, en una sexualidad mal entendida. Hoy se

¡SE HIZO UNO DE NOSOTROS!

Cada hecho en la vida del Señor puede enseñarnos mucho. Dependerá del interés con el que nos acerquemos a la Palabra. Hoy, de entre las tantas cosas que podemos aprender: El Señor en su vida terrena no quiso distinciones. Se hizo uno semejante a nosotros menos en el pecado . Una de las tantas cosas que el Señor recriminaba a los fariseos es el hecho de que hacían las cosas solamente para que los viera la gente y así recibir el aplauso de ellos. No les importaba el testimonio: se buscaban ellos mismos. El Señor desde los inicios de su vida pública dio muestras de que no quería ser muy diferente a los hombres normales como tú o como yo. Se acercó al Jordán como cualquier otro sin tener necesidad de ello. En el evangelio según San Mateo (3,13–15) hay un diálogo donde Juan Bautista se resiste pero el Señor le insta a cumplir la Voluntad del Padre. ¡Jesús es uno de nosotros! Somos nosotros los que ponemos límites a la acción del Espíritu Santo . Juan Bautista fue muy claro: Jes

La Epifanía del Señor

La Iglesia celebra este domingo la decisión libre del Señor de darse a conocer – manifestarse – a todos los pueblos. Y eso significa epifanía: manifestación. Son muchas las reflexiones que podríamos hacer hoy, partiendo de las lecturas de la Misa. Hoy te dejaré dos, tomadas de evangelio de hoy: Los reyes no eran judíos ni creyentes en el Dios verdadero . Sin embargo, tenían el mérito de buscar con sinceridad la verdad sea cual fuere. Y se encontraron con la verdad: Cristo Jesús. En la ciencia que Dios les concedió conocer, llegaron a la convicción cierta de que el Niño que había nacido era Dios, hombre y rey verdaderos. Y comprometieron su vida: salieron de sus hogares a buscarlo y llevarle unos obsequios de reconocimiento. De ellos debemos aprender el compromiso con la verdad – Cristo Jesús – empeñando en ello nuestra propia vida. Herodes conoció la verdad (sus sabios se lo dijeron) pero no se comprometió con ella; prefirió el mal antes que a Cristo Jesús . Nosotros