El pase de testigo
En las olimpiadas hay una competencia que se llama “carrera de relevos”. cuatro corredores recorren una misma distancia pasándose un tubo largo llamado “testigo” o también “estafeta”. Cada corredor debe poner en mano del siguiente corredor el testigo. La vida de la Iglesia es como una carrera de relevos, solo que no todos corren una distancia igual. Sin embargo, todos deben entregar lo mismo a los siguientes: Cristo Jesús. Ya desde el Antiguo Testamento Dios había determinado que Israel debería ser luz de las naciones para que la salvación alcanzara hasta los últimos rincones de la tierra. El Pueblo de Dios debía iluminar, dar luz a todos los pueblos: dar a conocer al amor de Dios a los hombres, el amor que salva: el Mesías, Cristo Jesús. En el Evangelio es notoria la actitud de Juan Bautista: “ yo lo vi y doy testimonio de que éste es el Hijo de Dios ”. Está hablando de Cristo Jesús, su pariente. Juan Bautista gozaba de una gran ascendencia sobre el Pueblo de Israel,