Redescubrir nuestro bautismo
En la segunda lectura de la Santa Misa de hoy san Pablo cita el diluvio universal, cuyo final escuchamos en la primera lectura. San Pablo se refiere al agua del diluvio como “figura del bautismo, que ahora los salva a ustedes”. Al mismo tiempo, el Apóstol se refiere al significado del bautismo: “no consiste en quitar la inmundicia corporal, sino en el compromiso de vivir con una buena conciencia ante Dios”. Cada uno de nosotros recibió en su momento el sacramento del bautismo, algunos cuando eran niños, otros ya más creciditos. Lo importante es que en ese momento recibimos una dignidad única, la de ser hijos de Dios. Nuestro Creador no espera otra cosa que vivamos coherentemente esa condición. No ser coherentes es como decir que hay un bombero que no sabe apagar fuegos, o un médico que no sabe de medicina. Un hijo de Dios debe vivir como tal. La vida cotidiana de un hijo de Dios está llena de alegrías y tristezas, de esperanzas y angustias. No podemos dejar de lado que también p