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Mostrando entradas de enero, 2012

Fieles a lo que hemos recibido

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En la primera lectura, Yahweh promete a Israel, por boca de Moisés, un profeta que dirigirá al Pueblo tal como lo ha hecho él. Esa profecía se cumple en Nuestro Señor de quien escuchamos en el Evangelio “ enseñaba como quien tiene autoridad ”. La promesa de Yahweh contiene también la presencia de otros profetas que, de igual manera tienen la obligación de llevar el mensaje del Dios Único y Verdadero. A ellos se les pide fidelidad: hacer llevar lo que Dios le manda, y no decir cosas diferentes en nombre de Dios: “ el profeta que se atreva a decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de otros dioses, será reo de muerte ”.

La Conversión de San Pablo

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Muchísima gente piensa que los pecados más graves son matar y robar. Y no es así. Tal vez ellos se dejan llevar por lo que dijo alguien para su comodidad (para tranquilizar su conciencia) o tal vez por lo escandaloso de esas faltas. En realidad, el pecado más feo es el odio a Nuestro Señor y la profanación del Santísimo Sacramento. La razón es sencilla: no hay nada más importante que Dios, no hay nada más sagrado que la Eucaristía, en donde se encuentra presente el Señor con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Objetivamente, no hay pecado más grave que éstos.

La Vocación principal

Ya en otras ocasiones hemos reflexionado sobre la vocación: la llamada que Dios hace a los hombres (vocación universal) y a cada hombre (vocación particular). Hoy reflexionaremos sobre la vocación principal: a rectificar siempre lo malo que hemos hecho. En la primera lectura de la Misa escuchamos el mensaje que Jonás anuncia de parte de Dios a la ciudad de Nínive: será destruida. Eso movió al rey y a los habitantes de esa ciudad a hacer penitencia. En el Evangelio escuchamos cómo el Señor comienza a predicar anunciando la presencia del Reino de Dios e invitando al arrepentimiento y al cambio de vida. Ciertamente, en la Iglesia existe un tiempo especial para hacer penitencia y para hacer un esfuerzo especial para la conversión: la Cuaresma. No obstante, sería absurdo dejar la conversión para un momento del año. Todo cristiano debe tener claro que el Señor nos concede gracias especiales a lo largo de nuestra vida y no en un momento específico nada más. Cada creyente debe agrade

La Epifanía del Señor

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Generalmente celebramos la Epifanía como el Día de los reyes. Tiene cierta lógica, ya que se recuerda el encuentro de los Reyes Magos que visitaron a Jesús en Belén, guiados por la estrella. Sin embargo, tal como lo traduce el término “epifanía”, es más bien una fiesta que habla de la luz resplandeciente de la salvación, manifestada en el Niño nacido en Belén. Por otra parte, “epifanía” era el término técnico para indicar la presentación en público del heredero al trono, es decir el nuevo Rey de una nación. Y se hacía con todo esplendor, para garantizar que habría un sucesor para el rey gobernante. En la liturgia, se eligió este término para afirmar la presentación en público del Mesías-Rey a los reyes de la tierra, representados en aquellos reyes magos venidos del Oriente.