El verdadero temor de Dios
Una de las situaciones más difíciles y que con mayor frecuencia se presentan en los fieles es el temor a lo que otras personas puedan decir de él. No solo nos referimos a la vida de fe sino a cualquier aspecto de la vida social. Eso supone un peso muy grande en la vida de un individuo. Una persona que trata de evitar que los demás digan algo malo de él se somete a un infierno en vida. La razón es sencilla: nunca va a poder agradar a todos. Esas personas viven en un estrés constante y pueden terminar enfermos con ansiedad, depresión u otro tipo de trastorno. Por lo que se refiere a la vida cristiana de un fiel, sucede exactamente lo mismo. Ese fiel puede pensar que su testimonio se reduce al hecho de que nadie tenga nada malo que decir de él. Y en realidad no es así. El testimonio que el Señor Jesús espera de nosotros es una cosa infinitamente superior: se trata de mostrar a los demás cómo puede agradar al Señor y ser feliz. Por otra parte, como escuchamos en la primera lectura