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Mostrando entradas de febrero, 2022

Evitar el litigio entre hermanos

Las lecturas de la Santa Misa nos invitan a elevar la mirada más allá de las consideraciones meramente terrenas. Hoy se nos pide ser héroes en algunas circunstancias. En primer término, los hermanos en la fe deben procurar evitar cualquier tipo de enfrentamiento. La experiencia nos dice que son múltiples las razones por las que unas personas se pueden pelear. Desde una diferencia de apreciación en un juego de mesa hasta una posición política. No todas las personas tienen la madurez necesaria para saber asumir las diferencias y tener una sana dosis de tolerancia. El Maestro nos anima a dejar esas diferencias a un lado y mantener el alma limpia de cualquier resentimiento que pueda suponer un obstáculo para el trato con Dios y con los hermanos. En la primera lectura, David busca alternativas al enfrentamiento con el Rey Saúl (1Sam 26,2.7-9.12-13.22-23). Una actitud similar debemos tener nosotros como seguidores de Jesús. Y así nos lo enseña el Maestro en el Evangelio (Lc 6,27-38). Tener d

Para responder bien, debes confiar en Jesús

Las lecturas de nuestra Santa Misa tienen un hilo conductor. Podríamos resumirla en tres palabras: llamada, respuesta, confianza. La llamada : Lo sabemos todos y lo sabemos bien. Jesús nos quiere hacer partícipes de su reino y se presenta a nosotros y nos llama. No a todos de la misma manera, no a todos para la misma misión en el mundo, no todos en el mismo momento de la vida. El Maestro habla con sencillez y nos invita a asumir un modo de vivir que da un sentido nuevo, diferente, a nuestra vida. Y en ese modo de vivir, Cristo Jesús ocupa un lugar privilegiado: su palabra, su persona, el trato con Él se convierten en fuente de inspiración, consuelo y alegría. Jesús nos llama como a Isaías (6,1-2a.3-8) o como a Pedro (Lc 5,1-11). La respuesta : Es el resultado de la libertad más absoluta. Nadie ama obligado, nadie quiere a alguien a la fuerza. Ante la invitación que nos hace el Señor se requiere la libre aceptación de su propuesta y un sí libérrimo. A eso se llama fe: el obsequio religi