La Transfiguración y la confianza en Jesucristo
El segundo domingo de cuaresma es conocido como el domingo de la transfiguración: el Evangelio de este día (Mc 9,2-10) siempre hace referencia a este episodio de la vida del Señor. Jesús sube a un monte alto a orar en compañía de Pedro, Santiago y Juan. Allí, la apariencia del Señor cambia y se aparecen dos personajes emblemáticos de la historia de Israel: Moisés, quien dejó a los israelitas la Ley de parte de Dios, y Elías que es el ideal de los profetas. Los Apóstoles, ante este fenómeno único, se sienten muy bien, tanto que quieren quedarse allí. En medio de aquel momento único, la voz del Padre se deja oír: “ Este es mi Hijo amado; escúchenlo ”. Jesús deja ver su gloria a los Apóstoles, y les pide que eso que han visto, no lo digan a nadie hasta después de la Resurrección. El Evangelista deja constancia de que no tenían idea de lo que significaba ese mandato de Jesús. Sin duda, salta a la vista la alegoría de que para poder llegar a la gloria (a la felicidad eterna que Dios nos