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Mostrando entradas de octubre, 2024

Reconocer a Jesús

 El punto de partida fundamental para los cristianos es reconocer a Jesucristo tal cual es. Nuestro trato y nuestro seguimiento a Cristo Jesús dependerá de cómo le reconozcamos.  Para un buen número de bautizados nuestro señor Jesucristo resulta alguien prácticamente desconocido. Hablan de Él como lo harían de cualquier otro personaje de la historia. No lo hacen como alguien importante en su vida. El resultado es inevitable su seguimiento a Cristo Jesús es prácticamente nulo.  En el evangelio de hoy escuchamos una situación peculiar. El camino que sube de Jericó a Jerusalén era una ruta muy concurrida. Era el camino que recorrían los peregrinos para subir a la Ciudad Santa. Muchas personas que sufrían algún tipo de discapacidad se sentaban a la vera del camino a pedir limosna a los transeúntes. Esa era la situación de Bartimeo, el ciego del cual escuchamos en el evangelio de nuestra misa de hoy. Con toda seguridad habría muchísimos discapacitados en esa ruta. Y seguramente habría muchí

Mantengamos firme la profesión de nuestra fe.

 Todos, en mayor o en menor medida, hemos experimentado algunas ocasiones en las que se pone a prueba nuestras propias convicciones. De hecho, no es raro que algunas personas se sientan decepcionadas porque confiaban en la bondad de alguna persona o en la eficacia de algún producto o institución. También, por lo que se refiere nuestra fe en Cristo Jesús, muchas veces habremos experimentado y experimentaremos que nuestra fe se pone a prueba. En no pocos momentos de nuestra vida vamos a sentir que las situaciones pueden superarnos. La diferencia entre la persona que tiene fe y la persona que no lo tiene está en la esperanza en Cristo Jesús. En la segunda lectura, tomada de la carta a los hebreos, el autor invita a tener confianza en Cristo Jesús que está a la derecha del Padre y que se muestra cercano a nosotros porque él mismo también padeció la adversidad.  En el Evangelio escuchamos cómo ante la petición de la madre de los hijos del Zebedeo, el Señor pregunta a Santiago y a Juan: &quo

La sabiduría que Dios nos da

  El término sabiduría es bastante frecuente en la Sagrada Escritura. Y si bien en ella no se encuentra un significado preciso, puede entenderse que la sabiduría es un don de Dios a los hombres, para que estos puedan discernir su vida y los diversos acontecimientos que se presentan. Dios nos ama y de ello no podemos dudar jamás. Eso es un motivo de alegría. Ahora bien, uno de los elementos en los que Nuestro Señor nos deja para que podamos alcanzar la felicidad en esta tierra, es el don de la sabiduría. Queda de nosotros que hagamos fructificar ese don. La sabiduría nos concede ver todas las cosas desde los ojos de Dios –eso es discernimiento– y hallar un significado nuevo, pleno y satisfactorio a lo que ocurre en los diferentes momentos de nuestra vida. Y así tenemos una guía segura para ser felices y alcanzar la salvación. La primera fuente de la sabiduría como don de Dios está en la Sagrada Escritura: la Palabra. En ella, el Señor nos ha dejado suficientes elementos para que podamos

Difícil pero no imposible

  Las lecturas de nuestra Santa Misa de este domingo son una invitación inequívoca a considerar lo que el Señor quiere enseñarnos sobre el matrimonio. Aunque Nuestro Señor haya hablado de eso hace mucho tiempo, su enseñanza continúa plenamente vigente, aunque a muchos no le guste aceptarla. La voluntad de Dios sobre la unión del hombre y la mujer, nos enseña la Sagrada Escritura, ha sido el proyecto originario de Dios. De hecho, en la primera lectura del libro del Génesis (2, 18 - 24) podemos tomar en consideración tres detalles importantes. El primero es que el Creador afirma: "no es bueno que el hombre esté solo". En el relato del Génesis el hombre pone nombre a los animales de cada especie, pero no encontró nadie similar a él. Podríamos hacer muchas consideraciones de tipo psicológico, pero de momento nos baste con el hecho de que el Señor ha puesto en la naturaleza del hombre una tendencia a no vivir solo. El relato bíblico utiliza la figura según la cual la mujer f