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Mostrando entradas de diciembre, 2019

Familia impregnada con valores cristianos

            Hoy nos unimos a toda la Iglesia para celebrar la fiesta de la Sagrada Familia: José, María y Jesús. Como se ha dicho desde siempre, es el modelo de la familia cristiana. -             Ciertamente conocemos poco del día a día de la Sagrada Familia. Sin embargo, hay trazos en las páginas del Evangelio que hablan del talante de José y María. Esas actitudes son inspiración para las familias de todos los tiempos, tal como lo dijo el Papa Pablo VI en Nazaret. -             En las páginas del Evangelio leemos la dedicación y el cuidado de José por su familia, su amor por María su esposa, su profesionalidad como artesano, al mismo tiempo que su preocupación por Jesús. De María sabemos muchísimo. Ambos, José y María eran muy religiosos, tanto que iban a Jerusalén por las principales fiestas, para estar en el Templo. -             Con la salvación que nos ofrece Cristo Jesús, la familia se ve enriquecida con el mensaje del Evangelio. En la segunda lectura (Col 3,12-21) escuc

El centro de nuestra fe: Jesús es salvador

Las lecturas de nuestra Santa Misa este domingo poseen una profundidad particular. Todas apuntan a Jesucristo y en especial, a su condición de salvador. - En la primera lectura (Is 7,10-14), ante la desfachatez de Acaz que había expropiado el oro del Templo para darlo como ofrenda al enemigo, el profeta invita al rey incrédulo a que pida una señal para que ponga su confianza en Yahweh. Hipócritamente, le dice al profeta que no quiere tentar al Señor. El profeta anuncia entonces una imagen en la que una virgen daría a luz a un niño que sería Dios con nosotros (Enmanuel). - Evidentemente, para los israelitas era difícil de entender porque, para ellos, todos los nombres tienen un significado normalmente religioso. Probablemente pensaban que respondían a un de los tantos nombres de otros personajes de Israel. Sin embargo, es claro que el profeta hablaba de un hecho extraordinario, y aunque el mismo profeta no lo supiera, estaba anunciando que Dios está con nosotros en el niño que ha

Esperanza en lugar de desilusión

La última parte del libro de Isaías se llama “el libro de la consolación”. Fue escrito en la época en que Israel fue deportado a Babilonia y en el territorio de Israel se vivía una pobreza y necesidad atroz, y los que habían salido de Israel y Judá añoraban volver a su tierra. Dios envía a los profetas para decirles que no pierdan el ánimo, que esa situación es pasajera, que Dios no olvida su promesa, que deben mantenerse firmes y que el Ungido del Señor dará un sentido pleno a todas las promesas de Yahweh. . La Iglesia nos propone diversos pasajes de este libro de la consolación para que consideremos este mensaje del Señor durante este tiempo de Adviento. . Algo de lo que ningún cristiano puede dudar es de la experiencia del mal: en nuestra vida y alrededor de nosotros; físico o moral. El creyente en Cristo Jesús no puede dejarse abatir por esta experiencia. Al contrario. Todo cristiano debe fortalecer la esperanza en Dios: las dificultades de esta vida no deben ni pueden hacern

El inicio de los últimos tiempos

Hoy nos unimos a toda la Iglesia en la celebración de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María. La Iglesia, desde siempre, ha creído que el Señor, en atención a que María sería la Madre de Jesús, la libró de cualquier mancha de pecado original desde el mismo momento de su concepción. Ese momento marca el inicio de los últimos tiempos. -- Una de las advocaciones marianas más antiguas y ha sido una expresión de que el pueblo cristiano ha creído que Dios Padre Todopoderoso concedió el privilegio a María de verse libre de toda mancha de pecado original. -- En la primera lectura de la Santa Misa escuchamos el relato del pecado original, pero también escuchamos la promesa del Salvador (Gen 3, 9 – 15. 20): La descendencia de la mujer, Jesús, pisará la cabeza de la serpiente, el demonio. La victoria de Cristo había sido ya anunciada y se menciona específicamente como descendencia de la mujer. -- En el Evangelio (Lc 1, 26 – 38) escuchamos el relato de la Anunciación del Ánge